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Casi 500 sevillanos murieron por su cercanía con los nacionales

Toda guerra tiene sus venganzas y la del 36 mantuvo las malas costumbres. Si hoy se cifran en al menos 12.000 los españoles enterrados en fosas comunes de Sevilla y su provincia muertos por los franquistas, en el otro lado también hubo desaparecidos, casi 500, 24 veces menos.

el 15 sep 2009 / 16:42 h.

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Toda guerra tiene sus venganzas y la del 36 mantuvo las malas costumbres. Si hoy se cifran en al menos 12.000 los españoles enterrados en fosas comunes de Sevilla y su provincia muertos por los franquistas, en el otro lado también hubo desaparecidos, casi 500, 24 veces menos. Pocos cayeron en combate, pues aquí apenas los hubo, sino que fueron víctimas, en su mayoría, de rencillas y represalias. Los clásicos ajustes de cuentas que afloran en cada contienda civil.

Estos 500 nombres surgen de nuevo ya que el pasado 25 de septiembre, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón decidió ampliar su petición de información sobre el número de muertos y desaparecidos durante la Guerra Civil y el franquismo a aquellos archivos que pueden arrojar luz sobre las víctimas de la "represión" republicana, sobre los partidarios de los sublevados, los nacionales. La solicitud completa la que hizo el mismo magistrado un mes antes, a petición de 13 asociaciones de familias de víctimas republicanas, para que entidades como el Ayuntamiento de Sevilla le entregasen la lista de los desaparecidos a manos de los sublevados del 36.

El juez ha pedido informes de los tribunales republicanos de Madrid, con lo que se deja fuera a las otras 49 provincias españolas, aunque la previsión es ampliar la orden en breve. Sevilla podría entregar fácilmente su lista, todo lo contrario que está sucediendo con los muertos de izquierdas, de los que quedan pocas pistas. Hay una razón: los nacionales hicieron recuento de todos sus fallecidos, en la batalla o fusilados, en la llamada Causa General, donde daban cuenta de todos "los caídos gloriosamente por Dios y por España", "asesinados por las hordas marxistas" o "muertos por la canalla".

Lo explica Leandro Álvarez Rey, profesor de la Universidad de Sevilla y autor de libros como Andalucía y la Guerra Civil. Exactamente, son 456 los nombres recogidos inmediatamente después de la guerra, de los que siete fueron fusilados en Sevilla capital y el resto, en localidades de la provincia.

El municipio donde se registró una mayor represión, recuerda el profesor, fue Constantina (92 fallecidos), seguido de Lora del Río y Arahal, con cifras similares. "Juntas suman casi el 70% de todas las víctimas proclives a los nacionales en la provincia de Sevilla", sostiene Álvarez Rey. Eso explica que, cuando el levantamiento del general Franco fue avanzando y llegó a esos pueblos, la venganza se "disparara". Los republicanos asesinados cuando las tornas cambiaron oscilan entre los 800 y 1.000 en cada uno de los municipios, según datos de la Asociación Andaluza Memoria Histórica.

Las cifras que aporta Álvarez Rey coinciden con las recogidas por el periodista e historiador Nicolás Salas en sus obras Sevilla fue la clave y Sevilla en tiempo de los Antidios. Como recuerda Salas, "aquí la guerra como tal duró de julio a septiembre, porque el levantamiento se asentó muy rápido". La capital, en la que Franco encontró el apoyo entusiasta del general Gonzalo Queipo de Llano, quedó bajo control nacional pocos días después de la sublevación en Marruecos, un cambio relámpago que limitó la cifra de franquistas asesinados, a diferencia de las registradas en Madrid (casi 9.000), Barcelona (4.500) o Toledo (3.300).

El historiador de la Hispalense constata que estas otras víctimas sí que tuvieron un reconocimiento al final de la contienda -"entre ellos no hubo olvidados"- y que, "en numerosas ocasiones", ha quedado constancia de dónde se encuentran enterrados. "La dignidad obliga a no comparar los números, pero es necesario recordar que las víctimas cercanas a los republicanos superan las 12.000 en Sevilla y que ni por asomo esas muertes tuvieron un correlato entre los franquistas", sostiene tajante.

No sólo hay desequilibrios en el número de muertes, sino también en el destino de los que quedaron con vida. De hecho, Álvarez Rey participa en un estudio subvencionado por la Junta y coordinado desde la Universidad de Almería que ya ha localizado 60.000 expedientes de andaluces represaliados económicamente con despidos, exilios y cambios de empleo.

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