Unas 750.000 personas acompañaron ayer a la plantilla y cuerpo técnico del Barcelona durante la rúa festiva que recorrió las calles de la capital catalana para conmemorar la tercera Liga de Campeones del club, según informaron fuentes de la Guardia Urbana.
La caravana del triplete partió de la plaza de las Drassanes poco después de las siete de la tarde con destino al Camp Nou, que se llenó para esperar la llegada de los jugadores. A lo largo del recorrido, decenas de miles de seguidores aclamaron a los futbolistas, que saludaron desde un autobús descapotable agitando banderas y bufandas.
Seguidores y aficionados de todas las edades se concentraron en las calles del recorrido, la mayoría de ellos con camisetas y bufandas del Barcelona, para saludar a sus ídolos, que completan el recorrido ataviados con una camiseta azul en la que podía leerse 'Copa, Lliga y Champions', y escoltados por numerosos efectivos de la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra. Uno de los jugadores más animados ha sido Gerard Piqué, que en numerosas ocasiones roció con agua y cava a sus compañeros y a los miles de aficionados que seguían el recorrido en directo.
En algunos tramos del recorrido, los aficionados incluso lograron romper el cordón policial para correr al lado del autocar mientras intentaban mantener fugaces y emotivas conversaciones con los jugadores. Los más osados treparon a las farolas, se subieron a los tejados de los edificios o se encaramaron a monumentos como el de Colón para tener una visión única de un espectáculo que hacía muchos años que no se daba. Gritos de 'Visca el Barça i Visca Catalunya' o 'Campeones, campeones' no pararon de resonar durante todo el recorrido.
La rúa superó en afluencia de público a la caravana que también recorrió las calles de la ciudad en 2006 para celebrar el éxito del Barcelona en la Liga y la Liga de Campeones. En aquella ocasión, medio millón de personas vivieron el recorrido en directo.
Otro de los que disfrutó como un niño fue el lateral brasileño Dani Alves, que ataviado con la clásica barretina catalana no paró de saludar a diestro y siniestro, abrazarse con todos y regalar su sonrisa a los barcelonistas más pequeños del lugar.
Algunos, como Pinto, preferían grabar los mejores momentos en vídeo. Otros, como Iniesta, dejaron a un lado su timidez habitual para darse un merecido baño de masas. Valdés se abrazó al joven Muniesa, que no podía creerse lo que vio, y Eto'o disfrutó de lo lindo junto a Henry, mientras que Messi lució divertido un gorro de la Guardia Urbana que pidió prestado a uno de los agentes.
En medio de toda esta locura, Guardiola, se mantuvo, con una sonrisa en los labios, en un discreto segundo plano, siempre al lado de su inseparable Manel Estiarte, mojado de arriba a bajo por culpa del cava que Gerard Piqué no paró de verter encima de todo el que se cruzaba en su camino.
Finalmente y con más de una hora de retraso, la caravana de los tricampeones que había salido hacia las siete de la tarde, llegó aproximadamente hacia las diez y media de la noche al Camp Nou. Allí casi cien mil personas que llevaban varias horas esperando a sus ídolos celebraron el primer triplete de la historia de un equipo español hasta bien entrada la madrugada del viernes.
el discurso de guardiola. Una vez en el Nou Camp y después de que desfilaran los jugadores y subieran al estrado los trofeos ganados de la Copa, la Liga y la Champions bajo los acordes del 'We are de Champions' de los Queen, Pep Guardiola tomó la palabra para dedicar unas emotivas palabras "no a los futbolistas, que estos días recibirán elogios por doquier, sino a esa veintena larga de personas con camisetas marrones (los médicos, fisios, preparadores físicos y cuerpo técnico) que nos acompañan y que nos cuidan con mimo durante todo el año, como si fueran nuestros padres". Guardiola, fuertemente ovacionado durante toda la noche, se tomo la licencia de cerrar su discurso evocando a Josep Tarradellas, primer presidente de la Generalitat tras el franquismo, y su famoso "Ja soc aquí" tras 40 años de dictadura: "Ja la tenim (la Copa) aquí", dijo, visiblemente emocionado mientras todo el estadio coreaba su nombre.
Luego llegó el turno de los capitanes, aunque ejercieron de maestros de ceremonias Víctor Valdés y Piqué, los mas lanzados. Xavi recordó que han "hecho historia" al ser los primeros en España que han conseguido el triplete. Iniesta pidió a todo el Nou Camp que coreara "Visca el Barça, Visca Catalunya y.... Visca Fuentealbilla", su pueblo natal en la provincia de Albacete, que abandonó muy joven para irse a vivir a La Masia. Allí también se crió el argentino Messi, tocado con una típica 'barretina' catalana, afónico de tanto cantar y exultante como todos sus compañeros. "La temporada ha sido de puta madre", dijo Abidal, mientras que Titi Henry agradeció a todos los barcelonistas haberle permitido ganar "el único titulo que me faltaba", pues no hay que olvidar que el francés es campeón del mundo y de la Eurocopa y ya lo había sido de Liga y Copa con el Arsenal y el propio FC Barcelona, amén de otra Liga francesa con el Mónaco. Mientras lo jugadores daban la vuelta de honor al estadio, los más de 100.000 aficionados que lo abarrotaban corearon el "bote, bote, bote, madridista que el no bote" y el "Copa, Liga y Champions".