Piccini a la finalización del encuentro en El Toralín. Foto: LOF Ponferrada no fue Sabadell, El Toralín no fue la Nova Creu Alta y Castilla y León, está claro, no es Cataluña. Ni ganó el Betis, ni hubo 4.000 béticos en la grada ni se llenó el campo, para sorpresa de algún dirigente del conjunto de El Bierzo. En ese ambiente desangelado, a pesar de que la ciudad minera celebraba las fiestas de La Encina, le cayó al Betis el primer chaparrón de la temporada. Chaparrón en sentido literal y chaparrón en sentido figurado y futbolístico, que es lo peor. El conjunto de Julio Velázquez hizo el primer ridículo de la temporada, ojalá el último (por su bien), en un encuentro acorde con la región que visitó. No porque Castilla y León no valga la pena, que la vale, sino porque de unos años a esta parte se ha convertido en una tierra hostil para los colores verdiblancos Más información en la edición impresa de El Decano Deportivo.