El actual alcalde, Manuel Benítez (PSOE), recordó ayer que "cuando se construyó la autopista restaron a Castilleja de la Cuesta 13 hectáreas de zonas verdes" y de esta forma se podrán "recuperar unos 5.000 metros cuadrados, además de que se conectarán dos partes del municipio que ahora están separadas". Y es que el plan es construir sobre el espacio que se gane "un bulevar verde, además de servicios para todo el pueblo de Castilleja de la Cuesta", según destacó.
El área para el que piden el soterramiento se sitúa "desde el puente de la barriada del Faro, en la calle Doctor Fleming, unos 400 metros a lo largo de la avenida de la Unidad en dirección Huelva, hasta la altura del barrio de Monterreyes, porque es donde hay gálibo", es decir, altura suficiente para que circulen por debajo los camiones de gran tamaño.
Para ello, se está trabajando actualmente en un doble sentido: "Ya hemos pedido la cita con el Ministerio de Fomento y esperamos entrevistarnos con ellos después de Reyes y, por otra parte, trabajamos en el anteproyecto para presentarlo cuanto antes en Demarcación de Carreteras de Andalucía Occidental".
Proyecto. En el programa electoral del PSOE se incluía el compromiso de cubrir parte de la autopista para crear en la superficie resultante una explanada para uso y disfrute de los habitantes del segundo municipio con el menor término municipal de la provincia de Sevilla. La entonces regidora presentó incluso una recreación virtual de cómo quedaría la A-49 tras su soterramiento y sólo quedaba convencer al Ministerio de Fomento para que asuma el desembolso necesario, para lo que se sigue esperando.
La justificación es clara: más de 100.000 vehículos al día recorren esta vía rápida a su paso por el Aljarafe. El proyecto, más que un soterramiento, pretendía cubrirla creando un falso túnel aprovechando el desnivel ya existente. Fuentes municipales señalaban entonces que el proyecto era "perfectamente viable desde el punto de vista técnico" y tendría que recibir una respuesta afirmativa como contrapartida al hecho de que el municipio tenga que soportar la carga de ser atravesado por una vía rápida. Dos años después y en plena crisis, con el consiguiente recorte de la inversión, la necesaria voluntad política y económica por parte del Gobierno de la Nación puede ser más difícil todavía.
