M. Ureta / El Correo
La publicación de las balanzas fiscales permite atisbar alianzas en la negociación del futuro sistema de financiación autonómica. Cataluña quiere alinearse con las comunidades que más dinero aportan y menos reciben. Mientras, en Andalucía, la Junta y el PP coinciden en lo básico sobre la divulgación de esta herramienta. Ambos opinan que se trata de un "debate estéril" porque refleja una visión incompleta que no tiene en cuenta otros datos importantes y, sobre todo, rechazan que este instrumento guíe o determine el reparto del dinero del Estado.
Pese a estas premisas que socialistas y populares comparten en Andalucía, la publicación de las balanzas ha puesto de manifiesto la quiebra de la unidad del discurso de los dos grandes partidos en toda España. Hay contradicciones en las posturas de PSOE-A y PP-A respecto a las de otras comunidades gobernadas por sus compañeros de filas. Discrepancias en el caso de la formación de Manuel Chaves con Cataluña, y en el partido de Javier Arenas con Valencia. Pero con una diferencia: la Junta siempre ha admitido la distancia con la Generalitat mientras que los populares se jactan de una absoluta cohesión en sus posicionamientos.
Arenas, que restó importancia a lo difundido el martes porque dijo que hay muchas maneras de calcular el saldo fiscal, fue muy claro: las balanzas no se pueden utilizar para "enfrentar" a los españoles. Confió, además, en que no condicionen el próximo modelo de financiación, algo que el presidente valenciano, Francisco Camps, sí espera. Camps se valió de este instrumento para reivindicar que su comunidad está "mal financiada y castigada por el Estado". Aprovechó para pedir la solidaridad del resto en materia de agua.
Desde el Gobierno andaluz, el vicepresidente segundo, José Antonio Griñán, insistió en que las balanzas fiscales -que son, a su juicio, un "análisis parcial de la realidad"- no deben emplearse de forma "sesgada o interesada" cuando las regiones y el Ejecutivo tengan que acordar la financiación. Un debate y el otro "no tienen nada que ver", aclaró.
No defiende lo mismo la Generalitat catalana, que aseguró que los datos de ayer "invalidan" el actual sistema y demuestran que el arco Mediterráneo, "el gran motor de la economía española", está "bloqueado y paralizado". Para remediar esta "injusticia", el consejero de Innovación, Josep Huguet, propuso "alianzas" con Baleares, Valencia, Madrid -comunidades con déficit fiscal-, y también Murcia y Aragón para proteger sus intereses en el tira y afloja que protagonizan los territorios.
Distintas alianzas . Éste no es el único frente común que se ha materializado en torno a la negociación de la financiación, a pesar de los esfuerzos de Rodríguez Zapatero por unificar criterios con los barones socialistas. Otras siete autonomías de distinto color político -las que menos han crecido en habitantes en estos años- cierran filas para impedir que la población sea la única variable en el reparto del dinero público, una demanda que a Griñán no le parece mal. Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Aragón, Extremadura y Castilla La Mancha se reunirán el 1 de agosto en Oviedo para cerrar una estrategia conjunta.
A esta cita hay que sumarle la convocada a finales de este mes en La Rioja por el líder de los populares, Mariano Rajoy, que ha llamado a sus presidentes regionales para acabar de fijar la postura del partido.
