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Catequista y cofrade pero excluido por gay

Homosexuales católicos reclaman la apertura de su iglesia

el 11 mar 2011 / 20:13 h.

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"Mi familia me educó en la Iglesia católica, me bautizó, hice la Comunión, fui a campamentos parroquiales e incluso fui monitor y salía en la Hermandad de la Virgen de los Dolores de mi pueblo [Alameda (Málaga)], pero conforme crecía me di cuenta de que mi identidad sexual no casaba en mis creencias religiosas. Yo no podía cuadrar el mensaje del amor de Jesús con la condena a lo que yo siento hacia una persona de mi mismo sexo". Es el relato de Antonio Alcaide, de 30 años, bisexual y cristiano. Sabe que la jerarquía de la Iglesia católica no le acepta en su seno y entre las bases "hay de todo", pero no por ello renuncia a sus creencias.

Por eso comparte sus inquietudes espirituales con comunidades religiosas de la Federación Estatal de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales (FEGLTB) que hoy celebran un encuentro en Chipiona (Cádiz) al que asistirán unas 70 personas. A las puertas de la federación llaman "desde sacerdotes que ocultan su identidad sexual a miembros de cofradías o incluso gente a los que en sus comunidades religiosas abogan por que vayan a terapia para tratarse, algunos sufren verdaderos traumas", explica Juan Antonio Ferriz, coordinador de asuntos religiosos de la FEGLTB.

Ferriz destaca que la cerrazón de la jerarquía católica ya está provocando una "emigración a iglesias más inclusivas, como la Evangélica o la Metropolitana". Dentro del cristianismo "las iglesias escandinavas son las más abiertas, incluso celebran matrimonios religiosos homosexuales, la anglinana también está dando pasos con el nombramiento de sacerdotes homosexuales o la Iglesia episcopal en Estados Unidos. Fuera, en el budismo por el ejemplo ser gay no es un problema y en el hinduismo la homosexualidad no está aceptada pero la transexualidad sí".

Tanto Ferriz como Alcaide, que son pareja, reconocen que hay diferencias entre la jerarquía de la Iglesia católica y las comunidades de base. "Hay gente más doctrinaria y otros más dialogantes pero incluso entre éstos yo echo en falta que cuando los jerarcas dicen algo con lo que no están de acuerdo, las bases no son capaces de decirles que piensan diferente y eso te desanima", explica Antonio. En su caso particular, reconoce que "salió del armario" tarde, con 24 años, y ya había dejado por su cuenta la labor de monitor de campamentos parroquiales o sus salidas en Semana Santa aunque sigue disfrutando de ella como "espectador". "Nadie me ha echado de nada", reconoce. Y con los curas de su pueblo "como cambian mucho", se relaciona con unos más que con otros. Curiosamente, admite, no siempre los más jóvenes son los más abiertos.

Ferriz subraya que el objetivo del área de asuntos religiosos de la federación y de los encuentros como el de hoy en Chipiona, que se celebran desde hace tres años. Se trata, explica, de fomentarios espacios de acogida para estas "personas que se sienten excluidas, por eso muchas veces viven en el anonimato, ocultándolo". "Hay muchos gays y lesbianas en hermandades, catequesis... pero no lo pueden contar, y nosotros reivindicamos su visibilidad", destaca.

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