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Cavendish, primer líder con nocturnidad y sevillanía

el 28 ago 2010 / 22:10 h.

El equipo Garmin en la salida junto a la Maestranza. - Paco Puentes

El británico Mark Cavendish, sin duda el velocista número uno del pelotón internacional, fue el encargado de estrenar la Roja, el nuevo maillot que distingue al líder de la Vuelta a España, tras arrasar junto a su equipo, el HTC-Columbia, en la espectacular y monumental contrarreloj nocturna con que echó a andar la ronda nacional por las calles de una Sevilla radiante bajo los focos y a la luz del mundo entero.

Todas las apuestas señalaban al Saxo Bank, al Garmin y al Liquigas para hacerse con el triunfo en la capital hispalense. Todos ellos conjuntos con muy notables croners. Pero la etapa, quizás por aquello de la inusual visibilidad, resultó ser más apta para guepardos como el que inspiró el nuevo diseño del jersey de líder, para depredadores de la noche. Y el de la Isla de Man, con 15 victorias de etapa en el Tour a sus 24 años, es el más voraz de todos.

Tras una tarde intensa y asfixiante en el Paseo de Colón, por fin llegó la hora fijada para el inicio de la etapa, las 22.04, momento en el que se dejaron caer por la rampa los nueve ciclistas del Footon-Servetto, equipo español por mucho que despiste el nombre y el hecho de que sólo cuatro de sus integrantes, entre ellos el gaditano Alberto Benítez, sean de nuestro país.

A los discípulos de Matxin les tocó abrir fuego y ser los primeros en comprobar la encerrona preparada a la salida del Altozano, con un paso angosto a más no poder por las calles de Triana, donde, eso sí, el público acompañaba en gran número el pedaleo de los protagonistas.

Sin embargo, no ocurría lo mismo en buena parte de Torneo y, sobre todo, en La Cartuja, por momentos sin un alma que alentase a los esforzados de la ruta.

Si el Footon pagaba su condición de conejillos de india y cruzaba la meta en 15’03”, pronto llegaría el registro a batir, casi un minuto menos (14’06”), marcado por los hombres del Team HTC-Columbia, una de las escuadras más potentes del pelotón (53 victorias esta temporada con la de anoche). Cavendish, debutante en la Vuelta, no quería pasar desapercibido y puso a sus secuaces (Eisel, Goss, Roulston y los gemelos Velits) a pedalear a todo trapo, sin concesiones.

Con la llegada de los italianos del Lampre-Farnese, que se colocaron segundos a 14” de los estadounidenses, el reloj señalaba las 23.00 horas. Aún quedaba mucha tela que cortar y casi todos los aspirantes al triunfo a priori. Sin embargo, fueron llegando a la Torre del Oro el Liquigas de Vincenzo Nibali (14’16”), el Garmin de Tyler Farrar (14’23”), el Caisse d’Epargne de Luis León Sánchez (14’31”) y el Saxo Bank de Fabian Cancellara y los hermanos Andy y Fränk Schleck (14’18”).

Nadie era capaz de rebajar el crono de los norteamericanos y ya sólo restaban tres equipos: el Rabobank de Denis Menchov se dejaba nada menos que 36”, el Cervélo de Carlos Sastre lograba el cuarto registro (14’19”) y, por último, los anfitriones del Andalucía-CajaSur bastante hacían con esquivar la última plaza al cruzar la línea de meta con 14’55”, aunque jaleados por un público entusiasta.

Así, rondando la medianoche y ya con una temperatura muy agradable, se echó el telón a una experiencia que resultó un éxito en casi todos los sentidos. Sólo cabe desear que no haya que esperar otros quince años para ver la Vuelta en Sevilla.

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