Cayetano Rivera salió ayer a hombros de la plaza de toros de Linares en la primera corrida de la Feria de San Agustín de la localidad jiennense, al cortar dos orejas al mejor toro del encierro de Juan Pedro Domecq en el día en el que se conmemoran 62 años de la muerte de Manolete en este coso.
Enrique Ponce lidió a un primero sin fuerza, descastado y que prácticamente no dejó el más mínimo lucimiento para su matador, anduvo con técnica y suficiencia para solventar con decoro su labor. El cuarto tampoco tuvo nada fuerzas ni raza y Ponce, que lo saludó a la verónica rodilla en tierra, lo templó por una serie en redondo hasta que se apagó. Se puso tesonero el valenciano, pero falló a espadas.
Perera escuchó palmas en el segundo tarde, un tanto sosón y deslucido para ejercer su tauromaquia. En el quinto el extremeño obtuvo una oreja, ante un toro que desarrolló unas embestidas suficientes para que Perera mostrara calidad. El torero dejó buen inicio con cambiados, apostó para traerlo por los dos pitones y al que terminó acortando distancias antes de dejar una buena estocada que le valió el trofeo.
Cayetano, cortó dos orejas al primero de su lote, un tercer toro al que lanceó muy bien en el capote, realizándole una muy buena labor con la muleta. En el sexto, soso y descastado, Cayetano lo volvió a intentar y hubo momentos en que calidad torera quedó expuesta pero el toro no daba para mucho más.
