En estos años han picoteado en todos los géneros. Con su nuevo álbum, 40 de abril (Warner), Celtas Cortos templan guitarras y gaitas para defender 12 temas inéditos en los que las baladas de amor se mezclan con las canciones más guerreras, siempre tamizadas por una fina capa de sonidos irlandeses. "Creo que no hemos dejado de probar ningún género: ska, rap, electrónica, reggae...", cuenta el vocalista Jesús Cifuentes. "Teníamos la necesidad fisiológica de volver a cierto aroma y a la esencia original del grupo", explica el líder de una de las bandas más veteranas de la escena española.
Saben los Celtas Cortos que no tenían ninguna necesidad de sacar un nuevo disco, en su catálogo ya tienen suficientes canciones como para llenar y gustar en cualquier concierto que les pidan, pero el saxofonista Goyo Yeves, como el resto del grupo, prefiere subir al escenario "para defender siempre nuevos temas, no queremos vivir de las rentas que nos dejan las canciones antiguas", confiesa.
Por eso, 40 de abril es el resultado de un año y medio de trabajo, "un tiempo sin presiones de ningún tipo en el que hemos ido confeccionando doce buenas razones para que nuestros seguidores vuelvan a pasar por caja". "El círculo se está cerrando", dice Yeves con intención premonitoria... Y no, no es que los Celtas Cortos estén llegando a ningún final, "es sencillamente que, con los años creces, evolucionas y pruebas otros perfumes, pero al final, te das cuenta de que es en tu esencia donde mejor te encuentras", resume.
"Ojo, no es que ahora reneguemos de todo lo que hemos hecho pero, para que engañarnos, a partir de ahora queremos volver a ceñirnos al rock celta", puntualiza Jesús Cifuentes. "En las letras también se nota cierto reposo, son palabras moldeadas", dice desgranando detalles de su nuevo álbum Goyo. "Ya no buscamos la explosión en las letras, sino más ligereza", añade.
En este relajado momento que atraviesa la banda lejos queda el recuerdo de los más de 130 conciertos por disco -época de Cuéntame un cuento- ni tampoco la presión de tener que componer nuevas canciones cada 12 meses. "Para algo bueno tiene que servirnos ser unos veteranos además de para tener más años que nadie, ¿no?", se pregunta Goyo Yeves.
Pero si hay algo a lo que no están dispuestos a renunciar los Celtas Cortos es al "espíritu fiestero" de la banda. "A nosotros no se nos caen los anillos por nada, tanto más a gusto estamos en la plaza de un pueblo perdido de la geografía que en un estadio de fútbol en Madrid", asegura Cifuentes.
40 de abril incluye canciones como Retales de una vida, primer single, y cuyo vídeo puede descargarse en la web del grupo. También están Tú eres el mejor, en el que lanzan "un mensaje de ánimo, optimista"; la balada Un millón de motivos, "escrita con el corazón en la mano" y Amor al vino, un tema con "aires mexicanos".
Tampoco faltan los temas instrumentales, una seña de identidad del grupo, en los que la huella celta se hace aún más patente, y que en este álbum han sido titulados Beni's rell, Pollo al Q-reel y 31 sardinas. Además, y por primera vez en su historia, los Celtas Cortos se atreven con una versión propia de una canción de otro autor, es el caso de Abismo, una adaptación del single homónimo de la islandesa Björk.
Respecto al título del disco, con el que hacen un guiño a su tema 20 de abril, los músicos de la banda dicen que "salió al azar", si bien luego, en los ensayos, se dieron cuenta de que esta vuelta de tuerca conseguía mostrar el "contenido global" de su carrera.
