Economía

Centroamérica te llama

Las Embajadas de los seis países tratan de captar inversiones entre los empresarios andaluces.

el 09 feb 2015 / 21:24 h.

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Los responsables de las Embajadas centroamericanas en España posan con Antonio Pulido (Fundación Cajasol), el alcalde hispalense, Juan Ignacio Zoido; el presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla, Francisco Herrero, y el delegado territorial del ÍCEX en Andalucía, José Antonio Vázquez Rosso. / EL CORREO Los responsables de las Embajadas centroamericanas en España posan con Antonio Pulido (Fundación Cajasol), el alcalde hispalense, Juan Ignacio Zoido; el presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla, Francisco Herrero, y el delegado territorial del ÍCEX en Andalucía, José Antonio Vázquez Rosso. / EL CORREO A la hora de abordar el mercado iberoamericano para exportar o invertir, los empresarios suelen mirar a los tres grandes: Brasil, México y Argentina y, en menor medida, a Chile. En cambio, suelen dejar al margen a los seis Estados que conforman el corazón del continente, a saber, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Honduras y Panamá, es decir, Centroamérica, y ello a pesar de sus acuerdos preferenciales que, en materia de comercio, mantienen con los vecinos del norte y del sur. «España es un país con diecisiete comunidades. Pues véannos a nosotros como un solo país con seis autonomías, o una ciudad con seis barrios». Fueron palabras de anhelo del embajador de Honduras en España, Norman García, durante unas jornadas celebradas ayer en la capital hispalense para explicar el acuerdo de asociación (de contenido político, empresarial y comercial) entre Centroamérica y la Unión Europea, que entró en vigor a lo largo de 2013, y animar, por tanto, a las compañías de este lado del Charco a apostar por un área que sirve, además, de plataforma y puente para desembarcar en otros países como México, Estados Unidos, Canadá o China. De hecho, Norman García y sus homólogos de Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Panamá y el encargado de Negocios de la Embajada de Costa Rica, destacaron que Centroamérica abre las puertas no sólo a sus propios mercados locales, sino a un mercado potencial de ¡1.200 millones de consumidores! Las jornadas, celebradas en la sede de la Fundación Cajasol y orquestadas de la mano de la Cámara de Comercio, el ÍCEX y el Ayuntamiento de Sevilla, despertaron gran interés en un salón repleto de autoridades –incluidos asesores de las seis embajadas y cónsules honorarios de esos países en Andalucía–, empresarios y estudiantes, hasta el punto de que los embajadores reconocieron que, hasta ahora, nunca habían encontrado en España semejante aceptación: y no fueron precisamente pocos los que alzaron la mano cuando se les preguntó quiénes habían estado en Centroamérica. Presumieron de Centroamérica y presumieron de la nación propia, y trataron de erradicar la imagen de un entorno meramente exportador de café, plátano o azúcar. Al contrario, mostraron la diversidad de actividades y la pujanza de sus economías e inversión pública, aunque tampoco olvidaron que aún hay pobreza. Y todos, además, hicieron especial hincapié para espantar cualquier duda sobre sus democracias, su estabilidad económica y su seguridad jurídica, esenciales para la inversión. Guillermo Rojas, de Costa Rica, recordó el tratado de libre comercio que vincula a su país con China –y eso son palabras mayores– y también el alcanzado con Norteamérica, y animó a los empresarios andaluces a aventurarse en un Estado que, al carecer de ejército, dispone de un gran margen para la inversión pública. El medio ambiente –una cuarta parte de su territorio está protegido–, el turismo, la industria aeroespacial y las energías limpias, los negocios que esta verde Costa Rica impulsa. José Atilio, de El Salvador, recitó las facilidades de su país para hacer negocios. No en vano, el 36,2 por ciento del PIB estatal procede de la inversión extranjera. Atún es lo que más exporta a España, medicina es lo que más importa de aquí, aunque las mayores oportunidades de las empresas andaluzas quizás radiquen en la inversión en logística e infraestructuras, pues queda mucho por hacer. Carla María Rodríguez vendió hasta la temperatura de su Guatemala natal. No era para menos: 300 microclimas permiten un universo de plantas y flores durante todo el año. Agroindustria e industria auxiliar –por ejemplo, los plásticos–, textil, call centers, turismo, minería o energías limpias, las ramas económicas más atractivas. Verónica Rojas, de Nicaragua, resaltó la seguridad ciudadana lograda en su país en la última década, y la estabilidad económica aparejada. Dedicó buena parte de su intervención a explicar el megaproyecto del canal transoceánico y las obras asociadas, y también al especial interés por la energía. Panamá quiere constructoras y obras en agua Fue la última pero muy esperada la intervención de María Mercedes de la Guardia, embajadora de Panamá. Esperada tras la polémica –ya felizmente encarrilada– entre su Gobierno y la constructora española Sacyr a cuenta del sobrecoste de la ampliación del canal panameño. Destacó que este Estado ha sido, junto con China, uno de los que mayor crecimiento económico ha tenido en los últimos años, y ofreció a los empresarios andaluces construcción, y en concreto las obras del metro de la capital, las viviendas sociales y la edificación de colegios y también las infraestructuras hidráulicas, incluido el tratamiento de las aguas residuales. De la Guardia, asimismo, resaltó que Panamá es un mercado pequeño, de poco más de cuatro millones de habitantes, pero su fortaleza está en ser «plataforma» para medio mundo. Quizás el negocio estribe «no tanto en exportar los productos como en producirlos allí» y aprovechar así las ventajas fiscales y los acuerdos comerciales de Panamá con otras áreas geográficas.

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