Como el baúl de la Piquer, el presidente de los empresarios de Andalucía, Santiago Herrero, recorre estos días media España para captar el voto autonómico, el que le otorguen las patronales territoriales (regionales) en su carrera electoral hacia la cima de la organización CEOE.
Esa búsqueda de más apoyos se aceleró ayer puesto que Arturo Fernández, presidente de la patronal madrileña CEIM, después de haber mareado largamente la perdiz, anunciaba su renuncia a presentar candidatura para ocupar el sillón en el que aún se sienta Gerardo Díaz Ferrán, que sale escopetado por los problemas de sus empresas.
Si el madrileño hubiera dicho sí, entro en esa batalla, las aspiraciones tanto de Santiago Herrero como de sus dos conocidos adversarios, Jesús Banegas, presidente de la patronal de las tecnologías Aetic, y Joan Rosell, de la patronal catalana Fomento del Trabajo, se hubieran diluido, habida cuenta de que, por sus votos en la asamblea de la CEOE, poco se puede hacer sin el respaldo de la capital del reino.
Pero el entorno del andaluz ya sabía desde hace unas dos semanas que Fernández declinaría, al aceptar presentar una conferencia que Herrero pronunció en Madrid el viernes pasado, en el mismo foro en el que el ex diputado del PP Manuel Pizarro lo hizo con Rosell, y ello pese a que el también ex presidente de Endesa había sido postulado por el madrileño para sustituir a Díaz Ferrán, pero ni escuchó tal ofrecimiento.
La clave decisiva estriba en la orientación del voto de CEIM, a quién de los tres candidatos -no se esperan sopresas antes de que hoy expire el plazo de presentación de aspirantes- ofrecerá su espaldarazo, el que le catapulte a la presidencia de la CEOE. Los contactos están ya iniciados, y la lógica dice que aquél que le otorgue más poder a la patronal madrileña será el que se lleve el gato al agua. Tú me das, yo te doy. Así son las cosas tanto en el mundo empresarial como político.
Herrero está hoy en Galicia y en Asturias, y ha estado en Castilla y León, Valencia, País Vasco, La Rioja... Su estrategia pasa por el voto de las regiones, frente al principal rival, Rosell, que busca sus adeptos entre las patronales sectoriales -por ejemplo, metal, farmacia, textil, etcétera-. No se reconoce públicamente, pero en este arte de la seducción pesa -y mucho- la procedencia catalana del competidor y el resultado nacionalista de los recientes comicios en Cataluña, a la vez que una promesa, contar aún más con la voz de las regiones en el seno de la CEOE. Y por el lado de las sectoriales se trabajará también a las que están vinculadas a tres de las actividades más importantes de Andalucía: construcción, turismo y agroindustria.
El andaluz, asimismo, podría alcanzar un pacto con Jesús Banegas para que éste se sume a su candidatura, a cambio de una vicepresidencia fuerte para el patrón tecnológico, pero no está todavía sellado. Sí es cierto que, de los tres candidatos, Banegas es el más débil.
Tras su periplo por España, en el entorno de Herrero dicen que éste tiene "buenas sensaciones", tantas como para seguir en la carrera y, por tanto, no plegarse al ofrecimiento del catalán para ir de la mano, se entiende que con Rosell liderando. En este tramo final -las elecciones son el día 21- el ritmo de los contactos son frenéticos, con una agenda tan apretada que, salvo un ajuste de última hora, se descarta que el patrón andaluz esté pasado mañana en la cena navideña que tradicionalmente ofrece la CEA a la prensa.
Los 820 vocales actuales de la asamblea general de la CEOE depositarán su voto en la urna del día 21, y será secreto, lo que supone que el resultado final no está contado todavía. "No hay encuestas en estas elecciones", comentan en el entorno del patrón andaluz. Pero sí está claro que los candidatos empezarán a publicar a partir de mañana los respaldos que tienen para convencer a más. Será entonces cuando vea la luz el largo trabajo soterrado del negociador Santiago Herrero.
