La Confederación Empresarial de la Economía Social en Andalucía (Cepes-A) reclamó ayer una mayor representatividad empresarial en las instituciones de diálogo social. Estas peticiones fueron realizadas durante las jornadas Cepes-A como agente de Diálogo Social, que tuvo por objetivo el análisis del papel que actualmente juega esta economía como agente social representativo y el diseño de nuevos retos para los próximos años.
Las jornadas fueron inauguradas por Antonio Pulido, presidente de Cajasol, Anabel Carrillo, presidenta del Consejo Social de la Universidad de Córdoba, y Antonio Romero, presidente de Cepes-A.
Antonio Pulido resaltó la importancia de la Economía Social en el tejido productivo de la comunidad andaluza, "teniendo ahora que jugar un papel crucial en la redefinición del marco económico andaluz ante la actual situación de crisis, enfriamiento o reajuste actual".
En las jornadas se dieron cita más de 40 representantes de la economía social en diferentes entidades como cajas de ahorro, consejos sociales de universidad, consejo económico y social o cámaras de comercio para plantear los objetivos de Cepes-A durante la próxima legislatura y "reivindicar su máxima representatividad institucional".
Así, Cepes indicó que "la representatividad otorgada a la economía social en su máximo acuerdo de concertación no se corresponde con las cuotas reales alcanzadas en numerosas instituciones de Diálogo Social", como el Consejo Andaluz de Relación Laborales, el Consejo Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales, el Instituto Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales, el Consejo Andaluz de Formación Profesional, el Observatorio de la Calidad Industrial de Andalucía, entre otros.
Así, los representantes institucionales del sector acordaron establecer como estrategia prioritaria para los próximos cuatro años, "reforzar el posicionamiento de la economía social en estas instituciones". Estas propuestas estarán desarrolladas en base a tres puntos, como es instar a la elaboración de una Ley que establezca los criterios y las formas de participación de los entes sociales y económicos; el reconocimiento de su representatividad; y el contar con presencia en numerosos entes institucionales en los que ahora no se encuentran.
