El nuevo dorado del Carmen, las bambalinas del Baratillo, la candelería de San Bernardo... Fabulosos estrenos para un día de miedo, y en particular de miedo al agua, que se anuncia como segura. Para quien guste de cerrar los ojos ante este tipo de eventualidades, la gran noticia del día no los requiere abiertos: su música.
Nada es nunca igual, y menos cuando sufrimos el persuasivo engaño de la costumbre, susurrándonos que la historia se repite. Esta percepción fraudulenta de los tiempos y las cosas se desvanece en los matices. Hoy, Miércoles Santo, el oído es el principal encargado de demostrar la tesis de la perpetua novedad de los acontecimientos. Para ello se basta y se sobra la realidad con cuatro músicos de capilla.
Hoy, los componentes de la capilla musical San Telmo, dirigida por Rafael Ruibérriz de Torres, descubrirán, al paso de las Siete Palabras, una faceta sonora hasta ahora inédita en Sevilla: la interpretación de la obra que con ese mismo título, Siete Palabras, compuso en su día el gran maestro Joseph Haydn por encargo expreso de la hermandad de la Santa Cueva de Cádiz.
Música de primera que muy poco tiene que ver con el frenesí compositor de algunos cornetas novatos o con el injustificado protagonismo de alguna que otra banda cuya vengativa forma de tocar tal vez diríase más apropiada para amenizar una concentración de moteros que para dar escolta al Señor y subrayar la emotividad de la escena. "Si las hermandades encargan los bordados a los bordadores y las imágenes a los imagineros, sin aceptar obras de principiantes voluntariosos que no dominan la materia, ¿por qué no hacen igual con las marchas?", se lamenta Ruibérriz de Torres, desde la soledad de lo bien hecho.
No serán los únicos gozos para el tímpano. La versión sinfónica de este alto nivel musical la pondrán hoy en la calle los maestros de la incomparable banda de El Carmen de Salteras tras el palio de la Caridad. Los mejores hasta ahora. "Lo más bonito que nos han dicho de nuestra forma de tocar es que sonamos como un CD", dice con su espeluznante llaneza el presidente de esta formación, Antonio Fernández González, que a sus 30 años sabe de partituras más que el que las inventó, aunque no lo diga ni lo piense, pues de ese modo se comporta la grandeza.
Dos grandes citas propuestas, pues, por el oído y confirmadas por el resto de los sentidos, en especial el de la vista: El Baratillo y Las Siete Palabras. Sin desdoro de las otras cofradías que hoy se conjugan para poner en la calle el concepto perfecto de lo que ha de ser la Semana Santa de Sevilla: El Cristo de Burgos, Los Panaderos, La Lanzada, San Bernardo, La Sed, Buen Fin... y el Carmen Doloroso, que, por usar giros taurinos, esta tarde confirmará su alternativa con la responsabilidad de volver a abrir la ruta oficial de las cofradías hacia la Catedral. Todo esto, bajo un 75% de probabilidad de lluvia. Más pasión, imposible.