Si los congresos del PSOE se decidieran por aplausos y no en votación secreta de los militantes, ayer en "el corazón del corazón del socialismo" y contra pronóstico habría ganado Carme Chacón a Alfredo Pérez Rubalcaba. Fue un aspecto destacado de la presentación de la candidatura de la aspirante catalana ante el PSOE de Sevilla. En el mismo salón y a la misma hora, dos días más tarde, la exministra de Defensa logró más lleno -"200 militantes más", según la organización, unos 700- y más aplausos. El exministro del Interior solo tuvo uno.
La clave estuvo en el formato. Chacón optó por un mitin ardoroso, lleno de energía -a juego con su chaqueta naranja-, eludió reflexionar con profundidad sobre el partido y se volcó de lleno en las elecciones del 25 de marzo. De ideas o proyecto se oyó poco. Arremetidas contra el Partido Popular y el Gobierno de Mariano Rajoy muchas.
La aspirante a la secretaría general del PSOE abogó por "abrir un tiempo nuevo" empezando por Andalucía y por ganar las autonómicas. Advirtió de que "frenar el próximo hachazo fiscal de Mariano Rajoy y Javier Arenas" está en manos de los andaluces, que son los que tienen que "decirle al PP que no a sus mentiras". Desveló como algo "muy personal" que una de las razones que la movieron a estar en esta pugna interna fue su convencimiento de que puede "trabajar para que Pepe Griñán sea de nuevo presidente". A él le dio reiteradamente las gracias -su esposa, que también fue a Rubalcaba, escuchaba atenta desde la primera fila-. Y concluyó invitando a "convertir Andalucía en el gran bastión de la socialdemocracia europea".
Chacón se centró en levantar la moral de la tropa. "No quiero ganarle a ningún compañero, quiero ganarle al abatimiento, a la frustración, al inmovilismo, quiero ganarle al PP y quiero empezar por Andalucía". Los aplausos tapaban buena parte de los finales de sus arengas. Los menos convencidos por la socialista del PSC hablaban de una mejor organización o de una candidata con mucha más mercadotecnia. "No hay que cambiar por cambiar sino cambiar lo que no funcione", dijo.
Después de que Ferraz haya vetado un debate entre Chacón y Rubalcaba, la diputada por Barcelona insistió en que "falta debate, la gente lo pide". Sostuvo que jamás se le va a escuchar "una mala palabra de ningún compañero y mucho de menos de Alfredo [Pérez Rubalcaba]. Estoy orgullosa de su trayectoria, tiene una hoja de servicios absolutamente brillante", aseguró, para a continuación pedir "un congreso de libertad intelectual e individual". Una petición especialmente sonora en una mujer que abortó su candidatura a la presidencia del Gobierno tras una maniobra del aparato a favor de su rival.
La ejecutiva regional del PSOE andaluz se mantiene en lo que llama "neutralidad activa" y asegura que no tomará aún partido por ninguno de los dos candidatos. Hay excepciones con los consejeros del Gobierno andaluz. La consejera de la Presidencia, Mar Moreno, o el de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, estuvieron ayer y han apostado públicamente por ella. Lo mismo que la presidenta del PSOE-A, Rosa Torres. La consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, acudió pero prefiere no desvelar preferencias.
La secretaria de Organización, Susana Díaz, tampoco se decanta públicamente aunque para muchos de los asistentes y después de observar el acto de ayer la número dos de Griñán es de Chacón, mucho más que de Rubalcaba. Lo mismo que la dirección del PSOE sevillano de José Antonio Viera se inclina más por el cántabro.
Asistió Juan Espadas, portavoz en el Ayuntamiento de Sevilla y el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, que también se ha inclinado por la catalana. Ella pidió más protagonismo para los alcaldes y las Diputaciones. Y es que en el PSOE de Sevilla de estos actores puede ser el futuro inmediato. El espíritu de Olula -por el pueblo de Almería donde se presentó Chacón- se paseó ayer por Sevilla.