La reeducación del menor. Éste es el aspecto sobre el que ayer incidió el Defensor del Menor tras conocer la orden de alejamiento impuesta a un chico de 14 años que agredió a su profesor y que ha sido imputado por amenazas y atentado. José Chamizo estima el castigo necesario, pero insiste en que su fin es reconducir su actitud.
El Defensor del Menor de Andalucía, José Chamizo, valoró ayer el caso del menor de 14 años al que se le ha impuesto una orden de alejamiento por dos delitos de amenazas y atentado contra un profesor del Instituto de Educación Secundaria La Paz, en Rochelambert. Consideró que, dada la actitud agresiva del joven, el castigo era necesario, si bien añadió que la finalidad última del mismo debe ser la de reconducir la actitud del menor y que éste vuelva a desarrollar su vida escolar con total normalidad.
Fuentes de la Oficina del Defensor de Menor informaron que Chamizo, que dijo ser consciente de la dimensión mediática del caso y del interés que éste despierta, hizo un especial llamamiento para que este caso se sepa llevar con discreción, protegiéndose en todo momento tanto al menor afectado como a su entorno. Por este motivo, el Defensor pidió a los medios de comunicación que se proteja la imagen del joven y la de su familia.
Sobre este alumno pesa una orden de alejamiento impuesta por un juzgado de Menores por dos delitos de amenazas y atentado contra un profesor de Latín del Instituto La Paz, ubicado en el barrio de Rochelambert. El joven amenazó de muerte e intentó agredir en sus genitales al docente cuando éste intentaba sacarle de una clase que no era la suya, el pasado 14 de febrero.
Hasta el centro se desplazó la Policía Nacional, pese a lo cual el menor continuó con las amenazas. Así, mientras dos agentes de paisano se lo llevaban, y en presencia de la madre, del profesorado y los alumnos, gritó al profesor: "¡Te voy a dar con un hacha en la cabeza!". El joven pasó a disposición de la Fiscalía de Menores el 15 de febrero que le imputó un delito de amenazas y de atentado. El juez aceptó dictar como medida cautelar contra el joven la libertad vigilada y el alejamiento del profesor y del centro escolar a menos de 500 metros hasta que se celebre el juicio.
La decisión judicial se notificó a la Delegación Provincial de Educación que ha procedido al cambio de centro, si bien no ha querido desvelar el nuevo destino del alumno, salvo que cumple las condiciones judiciales.
El hecho de que el alumno no pueda acercarse al centro y que sea imputado de un delito de atentado es una medida totalmente pionera, pues hasta una reciente sentencia del Tribunal Supremo, esta agresión se hubiera considerado como falta -lo que conlleva una pena mucho menor-. De hecho, si se tratara de un adulto ingresaría en prisión. Sin embargo, el director del instituto, Jesús Ruiz, ha lamentado que el primer caso haya tenido que ocurrir en su centro. El profesor sigue de baja.