Segunda toma de contacto cara a cara entre Manuel Ruiz de Lopera y Francisco Chaparro. La firma del contrato está a expensas de que el máximo accionista admita algunas peticiones del entrenador y algunas de ellas son imprescindibles para el trianero.
Cerca de tres horas estuvieron reunidos el máximo accionista del Real Betis y el todavía entrenador de la primera plantilla. Hubo tiempo para que Chaparro recibiera el finiquito de la temporada recién acabada el pasado 18 de mayo, también para la felicitación del Lopera por haber logrado la salvación por segundo año consecutivo, pero también para hablar, largo y tendido, de la plantifación de la próxima temporada y de los cambios que el entrenador considera básicos en el Betis para afrontar con garantías la próxima campaña.
¿Y cuáles son esos cambios? En primer lugar, Chaparro le ha hecho ver a Lopera la necesidad de fichar al menos tres jugadores de garantías para aumentar el nivel de la primera plantilla, jugadores destinados especialmente al centro del campo. Fichajes que requieren una cierta inversión, en torno a los cinco o seis millones de euros en al menos dos de ellos. Y aquí se ha encontrado Chaparro con que Lopera no lo tiene nada claro. El máximo accionista, siempre dentro de un ambiente muy cordial, le hizo ver al trianero la imposibilidad de fichar a jugadores de perfil alto, que pidan fichas inasumibles para el Betis según su máximo accionista.
Puede que esta batalla esté perdida por Chaparro, quien podría conformarse al menos con un fichaje de garantías.
Otra de las peticiones del técnico pasa por remodelar la secretaría técnica de la entidad. Aquí es donde Chaparro puede encontrar muchos problemas. El técnico desea cambios en esta parcela y los que ahora se encuentran trabajando en ella temen por el futuro. El motivo es bastante simple y a Chaparro le gustaría que salieran del club gente como Parra o Jorge Vázquez, que no han confiado demasiado en él. Y esto, sin duda, se trata de un asunto bastante complicado.
Quiere más hombres, más seguimiento de Ligas y de jugadores, más seguimiento en todas las categorías inferiores de España y en definitiva la consolidación de una estructura sólida, que permitiera por ejemplo acudir a fichar a los jugadores elegidos con tiempo y antelación, y no como ahora, con escasas posibilidades de éxito. En este apartado de la secretaría técnica, el técnico pidió que Juan Merino, que ha sido segundo entrenador en la campaña recién finalizada, regrese a su anterior puesto. Otro de los asuntos tocados fue el de los jugadores cedidos, y de momento el único que cuenta con algunas opciones de quedarse es Miguel Ángel, que ha estado cedido en el Levante.
Como ya ha quedado expuesto con anterioridad, a Chaparro le gustaría contar con un gimnasio y un comedor en la ciudad deportiva, pero también desea que se racionalice el uso de los nuevos campos que se construirán en las instalaciones verdiblancas, puesto que serán muchos los equipos de cantera que intentarán entrenar en la ciudad deportiva.
Chaparro está satisfecho con el que club haya comenzado las obras (ya planificadas desde hace unos meses) y desea que ese espíritu de mejora se traslade a todas sus peticiones. Ahora todo depende de que Lopera acepte este plan renove de Chaparro, quien en el fondo quiere como él, el mejor Betis posible. En esta semana han quedado para verse en una reunión definitiva.
