Si rectificar es de sabios, resulta evidente que Paco Chaparro no puede ser tachado de ignorante. El miércoles, el entrenador del Betis criticó a su afición por el trato que había dispensado a su equipo. Ayer se mostró arrepentido y pidió perdón. "Dije cosas que ni debía decir ni pensaba", confesó.
Paco Chaparro ha vivido cinco días que para él se quedan. El domingo, derrota en el derbi; el lunes, los correspondientes palos; el miércoles, derrota ante el Valencia aderezada con "una salchicha" que un espectador le tiró en los primeros minutos del partido... Después de estas peripecias, el entrenador del Betis se sentó en la sala de prensa y largó contra la afición, su afición. Ya "en frío" se dio cuenta de lo que había hecho y se arrepintió. Quería pedir perdón ayer por la mañana en la ciudad deportiva, pero lo hizo por la tarde en Canal Sur.
"Me arrepiento, venía caliente del partido e iba con la idea de hablar muy poquito, pero no me controlé y dije cosas que no debía y que no pensaba. Cuando llegué a casa vi que me había pasado, y mucho, había metido la pata entera. Conozco a la afición y lo que dije no tiene sentido'", dijo Chaparro, tan consciente de que la hinchada es imprescindible que añadió: "No quiero que se rompa ese trío afición-jugadores-entrenador. Como se rompa no tenemos salvación posible. Mi intención no fue molestar a ningún bético, si lo he hecho le pido disculpas porque me he excedido".
Chaparro también se mostró convencido de que la afición los apoyará el domingo. "Una cosa es la Copa y otra la Liga, seguro que van al campo a animar desde el minuto 1 al 90 y yo espero que eso es lo que van a hacer".
Al contrario que el miércoles, el técnico indicó que "hay que entender a la afición" porque "son dos o tres años seguidos así y hay gente con carnet que ni va porque sufre excesiva e innecesariamente, por la capacidad que tiene la sociedad". En este sentido, el trianero reiteró la dificultad de reforzar la plantilla, no porque no haya futbolistas mejores que los actuales, sino por imponderables como el dinero: "Se necesitan jugadores que aporten no un poco, sino muchísimo, pero también está el aspecto económico, que el jugador quiera venir... A veces queremos algo y el jugador no quiere venir", advirtió.
Aviso al presidente.
La crítica a los seguidores fue sustituida por la crítica a los dirigentes cuando se le recordó que declaraciones como las de Pepe León sobre algunos fichajes no contribuyen a consolidar ese "trío" del que hablaba antes. "Yo soy el entrenador, el que convive con ellos y el que se pone a hablar con ellos, como he hecho esta mañana. Soy yo el que tiene que arreglar algunos temas. Yo estoy en el barco en el que tengo que estar", dijo Chaparro, quien recordó que León y compañía "son directivos y tienen su manera de opinar". "Claro que no me gusta, y se lo he dicho a ellos cuando los he tenido próximos. Se pueden equivocar, como hice yo", sentenció.
A modo de conclusión, y aparte de reiterar su convicción en que salvará al Betis, el entrenador casi adelantó que renuncia al juego que pretendía instaurar: "Me gustaba un fútbol diferente al que hacemos, parecido al que conseguimos con el Betis B, pero la plantilla del filial la cerré yo. No tendré más remedio que aceptar otro tipo de juego para sacar al equipo de donde está", anunció.
