–Hace mucho que no se la ve actuando en Sevilla. ¿Qué va a encontrarse el público el próximo jueves en el Teatro Quintero?
–Pues una reunión de amigos. Se trata de una idea que tengo en la cabeza desde hace mucho tiempo. Un espectáculo acústico, muy íntimo, donde pueda estar con el público como en el sofá de mi casa, cantando y contando anécdotas. Yo soy una artista del directo y Coplas y amores es una celebración de mis 35 años sobre los escenarios.
–¿Y cómo es que actúa el Teatro Quintero?
–Llevo desde 2009 pidiendo el Lope de Vega para traer este espectáculo. Antes lo pedí para obras de teatro con las que he recorrido media España. En esta ocasión, se me da la callada por respuesta. No me dicen ni sí, ni no. Pero yo quería tocar en mi tierra. Por eso he alquilado el Teatro Quintero, que además también es muy adecuado para el ambiente íntimo que necesito. Porque voy a desnudar mi alma sobre el escenario. Hasta me cambiaré de ropa ante el público. Sin desnudarme, claro.
–¿Y no sabe por qué el director del teatro no le responde?
–Coplas y amores está de gira por toda España. Llevo mucho tiempo pidiendo el Lope. No me lo explico. No es lógico que un artista no pueda venir a su ciudad a cantar copla. Y no me vale la excusa de que el ciclo de copla se ha quitado porque no interesa al público. Cuando ese programa estaba en marcha, el teatro se llenaba todos los días. Pero bueno, lo acepto.
–Pero la copla sí ha vuelto a ese espacio en alguna ocasión...
–Esos artistas serán del gusto de quien dirige el cotarro cultural del Lope. A mí no me dan razones.
–Volviendo a su espectáculo, ¿cómo está yendo la gira?
–Muy bien. Empezó a principios de año en la red de teatros de Castilla-La Mancha, que son casi 300. He tenido llenos absolutos. Luego iré al Norte y a Murcia, donde tengo un público maravilloso.
–¿Cómo es el montaje? ¿Qué coplas ha elegido?
–Es un repaso por las canciones que más me han gustado a lo largo de mi carrera, como Cinco farolas, Callejuela sin salida, Carmen de España, Francisco Alegre, Y sin embargo te quiero, La Lola se va a los puertos... También rendiré homenaje a las canciones de amor más actuales y a algunas mujeres, como mi tía Juana, Chavela Vargas, Malú, Luz Casal, Nidia Caro o Paquita la del Barrio, de las que cantaré algún tema. Tampoco dejo aparte mi faceta de actriz, y recitaré la poesía de Rafael de León Romance de una viuda enamorada.
–Creo que el público también participa en la producción.
–Así es. No ha habido función en la que no haya bajado a cantar con los espectadores. Es que yo soy así, sin dobleces. Tengo menos fondo que una caja de dátiles. A lo mejor me falta glamour, como ha dicho algún impresentable en las crónicas del corazón de estos días, pero me sobra sinceridad.
–¿La copla ha resucitado?
–Me acuerdo de una frase que decía mi tía Juana: “La copla no estaba muerta, estaba dormida”. Ahora está espabilando entre el pueblo, que es donde nació. Se la ha querido tener callada mucho tiempo y actualmente se está tratando de distraer al pueblo con programas de televisión sobre copla, pero el género sigue dormido para las casas de discos. Cuando alguna accede a grabar copla, quien la canta tiene que prostituirla poniéndole otros sones. Te exigen que la cantes a dúo para un marketing extraño. Yo no me presto a eso. Seguiré cantando copla con bata de cola y peina, siguiendo los cánones. Igual que a un rockero no se le pide que se quite la chupa. Que se respete la copla pura, sin adulterar.
–Escuchándola, se me viene a la cabeza alguna artista que ha adulterado la copla y que sí ha actuado en el Lope de Vega.
–Sí, a la que se le fue la luz. Y que ha dicho que no se pone bata de cola y peina porque eso es disfrazarse. Cuando todo lo que tiene se lo ha dado la copla. Vamos a callarnos.
–El lunes cumple 50 años. ¿Cómo lo lleva?
–Mi primer medio siglo. Y el año que viene volveré a cumplir 50, porque aquí parece que sólo cumplo años yo. Vamos, que a algunas compañeras que eran mayores ya las he adelantado [risas]. No, en serio. Estoy encantada, pero los llevo en el carné, porque en mi corazón soy la misma niña traviesa de 15 años. No me obnubila ni el glamour, que no tengo, ni los aduladores. Soy la misma Chari de siempre.
