I. Morillo / I. Carretero
Primera reunión de los diputados socialistas. Los 56 parlamentarios apoyaron de forma unánime la propuesta de que Fuensanta Coves presida el Parlamento y Manuel Gracia sea portavoz. Por parte de Manuel Chaves un mensaje nítido: "huir de la crispación" y hacerse "visibles" a los ciudadanos. Y un tirón de orejas: las leyes, dijo, tienen que aprobarse con más rapidez.
Pasado mañana se constituye el Parlamento renovado en las elecciones del 9 de marzo. La Ejecutiva del PSOE-A, primero, y el grupo socialista, después, dieron ayer el visto bueno a la organización del grupo en la VIII Legislatura, en la que el desarrollo del Estatuto mandará en la actividad parlamentaria.
Tal tarea centró gran parte de la intervención del presidente de la Junta en funciones, quien puso en valor los consensos alcanzados en los últimos cuatro años y apostó por seguir labrando acuerdos en la nueva etapa.
Su oferta de consenso sobre los grandes temas, dijo, no va a quedarse "en el voluntarismo", sino que tenderá la mano a PP e IU por separado (los grupos de la oposición en la Cámara) para pactar la deuda histórica, la redefinición del papel de los ayuntamientos, los nuevos derechos o la financiación autonómica. "De rodillo y prepotencia, nada de nada", sentenció frente a la recurrente acusación de la oposición. Si es necesario, añadió, hará incluso un "mayor esfuerzo" para lograr consensos.
En presencia de novatos y veteranos socialistas (la edad media es de 46 años), diputados con proyección para entrar en el nuevo Gobierno y otros en retroceso, Chaves marcó el paso: "Vamos a llevar a cabo una acción vigorosa, tranquila y respetuosa", sostuvo el presidente, para quien su grupo tiene que asumir una premisa: "Huir de la crispación". Y es que los socialistas temen que, en la nueva legislatura, con los líderes de la oposición (Javier Arenas y Diego Valderas) de regreso al Parlamento el tono suba varios decibelios.
Para Chaves, "si la crispación y la descalificación la quieren utilizar otros, será su problema". Exigió que se imprima "más celeridad" al trabajo y dio un sutil tirón de orejas a los suyos al advertir que los retrasos a veces no se deben sólo a la rigidez de los plazos. "A veces tardamos mucho", reconoció. Los socialistas tienen una promesa electoral que cumplir: aprobar 22 leyes sólo para desarrollar el Estatuto.
Chaves llamó a aparcar los análisis electorales y a entrar de lleno en el trabajo. Los socialistas quieren irse de vacaciones sin dejar pendiente ninguna tarea política que perturbe el ritmo. Barajan el 12 y 13 de julio para el congreso regional del PSOE (una semana después del federal y dos antes de los congresos provinciales). En esa cita la principal incógnita es si Chaves seguirá asumiendo la secretaria general o no.
La oposición recibió sin entusiasmo la mano tendida de Chaves. Para Javier Arenas (PP), el socialista no tiene legitimidad para ofrecer pactos. Diego Valderas (IU) confió en que Coves vele por su grupo frente a la "prepotencia de la mayoría".
