Griñán tiene desde ayer el respaldo explícito de Manuel Chaves para sustituirle en la dirección del PSOE-A en 2012. El vicepresidente tercero del Gobierno lanzó un mensaje rotundo para blindar a su susesor y, a la vez, para disuadir a los posibles competidores que quieran disputarle la presidencia de la Junta y la dirección del partido.
Hasta hace dos semanas, parecía más segura la candidatura de José Antonio Griñán para repetir como presidente de la Junta en las elecciones autonómicas de 2012, que para suceder a Manuel Chaves como secretario general del PSOE andaluz en el congreso que celebrará el partido ese mismo año.
En el primer caso, los contrincantes venían de fuera, principalmente del PP, de modo que toda la cúpula socialista se esforzó por apuntalar a Griñán como presidente de la Junta para los próximos siete años (lo que queda de esta legislatura y la siguiente). El PSOE quería evitar que la oposición jugara la baza del "candidato provisional", así que el apoyo de sus compañeros fue unánime, incluso más entusiasta que el propio Griñán, que al principio exteriorizó las dudas sobre su continuidad debido a su edad (62 años).
En el caso de la secretaría general del PSOE-A, que ahora ostenta Chaves, la dirección federal en Madrid no era partidaria de abrir el debate de la sucesión tan pronto. Pero el vicepresidente tercero precipitó el tema al anunciar que no se presentaría a la reelección. La pelota quedó sola en el campo de juego, y antes de que alguna facción interna del PSOE fantaseara con la posibilidad de hacerse con ella, el vicesecretario del partido, Luis Pizarro, dijo en voz alta que el único candidato que se podía imaginar para sustituir a Chaves era Griñán. "Las bicefalias no funcionan", señaló.
El debate seguirá abierto hasta el congreso de 2012, pero ayer fue el propio Chaves quien anunció su respaldo a Griñán para dirigir el partido. "Como secretario del PSOE andaluz no veo en el partido a un candidato mejor que Griñán", dijo en una entrevista a Radio Nacional.
El vicepresidente tercero fue preguntado por las denuncias por el caso Matsa (Minas de Aguas Teñidas), que le acusan de haber beneficiado a una empresa donde trabaja su hija con 10 millones de ayuda cuando era presidente. Chaves se preguntó por qué una empresa que ha invertido 200 millones de euros en una zona deprimida y ha creado 500 puestos de trabajo no puede acceder a subvenciones igual que "miles de empresas en España y en Andalucía" por el hecho de que trabaje allí su hija. El vicesecretario general del PP-A, Ricardo Tarno, respondió que el problema no era la subvención, sino que cambiara la ley para poder otorgársela.
