El presidente de la Junta, Manuel Chaves, respaldó, un día después de que el PSOE la tumbara en el Congreso, la demanda de los ayuntamientos que exigen al Gobierno que modifique la ley y les permita endeudarse. Pese a que se alabó el "talante" de la cita, los alcaldes del PP la tildaron de "jarro de agua fría" y lamentaron que Chaves rechace compartir el dinero de la deuda histórica.
La Junta y la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) se vieron ayer las caras en el Consejo Andaluz de Concertación Local. Chaves presidió el primer encuentro y los alcaldes le trasladaron su agobio y su asfixia tras la caída de los ingresos municipales aparejada a la crisis.
De la cita no salieron soluciones pero sí una "hoja de ruta" del Gobierno andaluz con compromisos. El más importante es que se aprobarán las dos leyes que dicta el Estatuto, la de régimen local y la de participación en los tributos de la comunidad, en el primer semestre de 2009. La Junta deberá pronunciarse "en el plazo más breve posible", señaló Chaves, sobre el documento que han presentado los alcaldes en el que delimitan un nuevo reparto competencial. Están dispuestos a ejercer competencias que no le corresponden y ya ejecutan en la práctica, por ejemplo en servicios sociales, pero con más financiación. También reclaman más poder en urbanismo y decidir en las inversiones para colegios o ambulatorios.
El presidente de la Junta respaldó la demanda de los ayuntamientos, que exigen que el Gobierno central modifique la ley para permitir el endeudamiento a los gobiernos locales, como ya se ha hecho con el Estado y las autonomías. El presidente de la FAMP, el socialista Francisco Toscano, aseguró que no piden "manga ancha" sino la misma flexibilidad que se les ha concedido al resto de administraciones. El Ministerio de Economía rechaza esta demanda que le ha trasladado la Federación Española de Municipios (Femp). Precisamente el martes, durante la tramitación de las enmiendas al Presupuesto, el PSOE rechazó en el Congreso esa reivindicación local. El Parlamento andaluz aprobará una iniciativa en ese sentido para presionar al Gobierno.
La reunión estuvo marcada por "el talante" y el "diálogo sincero", coincidieron las dos partes, y al margen de la confrontación que ha envuelto el debate local los últimos meses, en los que PP e IU amenazaron con abandonar la FAMP por su "inutilidad". Un par de días antes de la cita, los alcaldes de los cuatro partidos pactaron situarse al margen de la guerra política. Toscano se felicitó ayer por la capacidad de los alcaldes para sellar acuerdos "al margen de la algarabía política" y se permitió señalar al presunto culpable de una estrategia que "utiliza" a los ayuntamientos contra la Junta. En clara alusión al líder del PP, Javier Arenas, recordó: "Algún dirigente, que siempre suele ser el mismo, también se disgustó cuando firmamos el Pacto de Vivienda".
Pero la unidad de la que el regidor socialista hizo gala estuvo muy lejos del mensaje que trasladó la alcaldesa de Marbella y vicepresidenta de la FAMP, Ángeles Muñoz. La regidora del PP consideró la reunión como "un jarro de agua fría" para los ayuntamientos y "un portazo" por descartar Chaves que parte de la deuda histórica vaya directamente a las arcas municipales. La Disposición Adicional Segunda del Estatuto fue el gran desacuerdo. Los alcaldes exigen parte de la cantidad que el Estado adeuda a Andalucía como una salida inmediata para dar oxígeno a las arcas locales y la Junta lo rechaza. Chaves descartó que parte de ese dinero acabe directamente en manos de los alcaldes, porque "distorsionaría" lo que dice el Estatuto, que vincula la deuda a la financiación de servicios sociales y vivienda. Por esa vía, sí estudiarán alternativas, dijo. El presidente de la FAMP discrepó pero en cualquier caso, Toscano rebajó el tono y Chaves dijo que buscarán alternativas. Sólo el PP dio un golpe en la mesa. Eso sí, en un comunicado y no en la reunión.
