"Veo altas dosis de animación e interés". Lo afirmó ayer Manuel Chaves, que respira más tranquilo después de que los últimos sondeos reflejen una subida de la participación en Andalucía, clave para que Zapatero gane.
Si hay algo que en esta campaña quitara el sueño al candidato socialista a la Junta era la participación. No tanto por la incidencia que pueda tener en Andalucía, sino más bien por las consecuencias en las elecciones generales. Si ha existido un buen somnífero frente a este desvelo ha sido el de la televisión y los debates cara a cara, que han dado ruido y han trasladado la campaña a los bares y a las conversaciones entre amigos.
Andalucía y Cataluña son los dos graneros de votos más importantes para el PSOE y en ambas comunidades los sondeos confirmaban el desencanto del electorado, que había quedado patente en las últimas elecciones municipales y en los referéndums de sus Estatutos. Los socialistas partían de un escenario: las cosas estaban difíciles para Zapatero si la participación en Andalucía no superaba el 70%. Un porcentaje al que la comunidad no llegó en las municipales de mayo de 2007. Se quedó en el 61,62%, dos puntos por debajo de la media nacional. El dato del Estatuto, con un 35% de participación, aún pesa. Pero los últimos sondeos que han llegado a las manos del presidente andaluz superan esa cifra mágica que allanan el camino a La Moncloa. Eso a pesar de que el PP ha basado buena parte de su campaña en sembrar desencanto.
Los sondeos de los socialistas andaluces reflejan un incremento de la intención de los ciudadanos de ir a votar y una mayor movilización que hace unas semanas, según fuentes del PSOE. "Se notan los efectos de la campaña y la participación en Andalucía se aproxima a la de 2004 (74,7%)", aseguran.
En este escenario, Chaves se aproxima al domingo sin dar nada por ganado (siempre advierte que no hay que creerse las encuestas sino ganar en las urnas) pero con la sensación de estar cumpliendo bien con su doble misión en esta cita: reeditar su mayoría absoluta en Andalucía y permitir que Zapatero siga en La Moncloa. El presidente del Gobierno de España, que ya se encomendó a los andaluces al inicio de la campaña para ganar, volverá mañana y el viernes a Andalucía, a Córdoba y Málaga, para rematar una campaña en la que la comunidad se ha hecho con la llave de La Moncloa.