Local

Chaves y Arenas pasan a la ofensiva sin perder de vista la Andalucía real

En una campaña hasta ahora moderada, el debate de ayer entre Manuel Chaves y Javier Arenas en Canal Sur fue un continuo fuego cruzado, igualado en las formas y en el fondo, y sin que ninguno de los dos protagonistas llegaran a tirarse al barro. Un debate vivo y ágil, con lugar también para las propuestas al ciudadano. (Foto: EFE.)

el 15 sep 2009 / 01:01 h.

TAGS:

I. Morillo / I. Carretero

En una campaña hasta ahora moderada, el debate de ayer entre Manuel Chaves y Javier Arenas en Canal Sur fue un continuo fuego cruzado, igualado en las formas y en el fondo, y sin que ninguno de los dos protagonistas llegaran a tirarse al barro. Un debate vivo y ágil, con lugar también para las propuestas al ciudadano.

Chaves y Arenas se vieron las caras anoche, después de cuatro años sin coincidir en el Parlamento andaluz -donde el popualr no ha tenido escaño- y tuvieron la oportunidad de contrastar, por primera vez, los que han sido los grandes temas de enfrentamiento entre PSOE y PP en esta legislatura. Las controvertidas declaraciones de dirigentes del PP sobre Andalucía, el "régimen", las críticas de Arenas al "gratis total" o el caso de espionaje de las cajas de ahorros volvieron a la actualidad. En el recuento de propuestas, fue el popular quien coló más promesas electorales.

Aunque, después de 18 años al frente de la Junta, era Chaves quien más tenía que perder en este debate, Javier Arenas no logró acorralarle. Si empezó atacando al candidato a la reelección por declarar que tiene en la cuenta 3.000 euros o por que en su partido, según dijo, le estén buscando sucesora, Chaves la dio respuestas contundentes y sólo eludió entrar en dos puntos planteados por su rival: el terrorismo (Arenas exigió disculpas por la excarcelación de De Juana Chaos) y las relaciones con la Iglesia. El líder popular controló sus golpes y en ocasiones sólo marcó sin dar, como cuando sugirió una secretaría general de familia "porque no sólo hay que ocuparse la familia de uno".

Los dos primeros bloques, antes de la pausa publicitaria, fueron los más intensos. La moderadora Ester Martín tuvo dificultades para centrar la discusión en la economía -como habían pactado PSOE y PP- porque los dos contrincantes quisieron disparar su mejor munición desde el principio, antes de que los telespectadores pudiesen aburrirse.

Chaves arrancó con fuerza y en su primer turno hizo una defensa de su modelo de gestión traducida a la vida cotidiana de los andaluces e introduciendo la autocrítica. Esto lo contrapuso al concepto de Andalucía que atribuyó al PP, que se corresponde, según el dibujo de Chaves, con las declaraciones de dirigentes nacionales de este partido. "Dicen que en Andalucía se vive de la sopa boba, que somos subsidiados, que nuestros hijos son analfabetos o que no trabajamos lo suficiente", sostuvo.

Dos minutos después, Arenas se presentó como "el representante del cambio" y atacó el punto débil del socialista: "Lleva 26 años en el poder y quiere 30". Le recordó al presidente que pierde "credibilidad" al declarar 3.000 euros en su cuenta y que le están buscando relevo en su partido. Del primer golpe que le había propinado Chaves, aludiendo a las declaraciones de los dirigentes nacionales del PP, se repuso el líder popular con una leve referencia -no hilvanó su respuesta con éxito- a declaraciones similares del socialista Pasqual Maragall.

A partir de aquí la economía, uno de los asuntos que más mueven al ciudadano al depositar su voto en las urnas y el eje central de la oposición en las elecciones, pasó a un segundo plano. "Tiene usted que aprender a aceptar las críticas. Cada vez que alguien critica su gestión dice que se insulta a los andaluces, como si fuera mal andaluz todo el que no fuera socialista", reprochó Arenas.

Afloraron argumentos utilizados por los líderes en sus mítines. "No entienden a Andalucía porque la miran como el señorito, desde encima del caballo", reprochó Chaves al PP. "Un señorito era alguien que tenía mucho poder y abusaba permanentemente de ese poder. Mire y observe quien es hoy un señorito en Andalucía", dijo Arenas, que sabía la frase.

Otro terreno. En el segundo bloque, el dedicado a las políticas sociales, los candidatos cambiaron el chip y bajaron al terreno de las propuestas y de los problemas reales de los ciudadanos. Fue en este espacio en el que los candidatos aprovecharon para colar la mayoría de sus propuestas referidas sobre todo a reformas en la educación, más plazas de guarderías, bilingüismo en los colegios públicos o más hospitales.

Los candidatos curiosamente emplearon más cifras y datos al afrontar las políticas sociales que en el apartado económico. Chaves subrayó algunas de sus ofertas estrella -como la beca de 6.000 euros para alumnos con buen expediente y problemas económicos- mientras que Arenas se dedicó sobre todo a repasar los incumplimientos en la gestión del socialista.

"En la ley de dependencia propaganda y propaganda y muchas familias frustradas", recriminó para echar tierra sobre uno de los grandes proyectos del Gobierno socialista. "Su política es la del gratis total", afirmó el candidato del PP. "¿Gratis total? ¿es que va usted a quitar la gratuidad del chequeo de los mayores, los libros de texto gratios o la atención bucodental gratuita a los niños?", preguntó rápido Chaves. No hubo respuesta.

Al hablar de infraestructuras los candidatos volvieron a enrocarse en el trasvase del Ebro, el PSOE denunció el déficit de inversiones de la etapa Aznar y el PP la "poca eficacia" en la gestión de las obras públicas. Marbella volvió a la televisión. Arenas, que apostó por la "regeneración urbanística", recordó a Chaves su responsabilidad en el control del urbanismo marbellí.

En el cuarto bloque, dedicado al debate territorial, el Estatuto de Cataluña , de la mano de su claúsula de inversión por PIB, tuvo mucho más protagonismo que el andaluz, de nuevo en su segundo plano. La denuncia de Arenas de "falta de libertad de expresión en Andalucía" y su ataque a Chaves porque haya sentado a dos periodistas de El Mundo en el banquillo, se comió la mayoría de los últimos segundos de debate de Javier Arenas. Chaves optó en su cierre por presentar como aval su experiencia y defender la igualdad de hombres y mujeres.

  • 1