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Chávez no calla ni bajo agua

Su último blanco ha sido el presidente colombiano, Álvaro Uribe, a quien calificó de "triste peón del imperio". Pero no ha sido el único objetivo de sus críticas.

el 14 sep 2009 / 20:57 h.

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Su último blanco ha sido el presidente colombiano, Álvaro Uribe, a quien calificó de "triste peón del imperio". Pero no ha sido el único objetivo de sus críticas. Al líder venezolano, Hugo Chávez, le gusta responder a las críticas, y no siempre, o casi nunca, lo hace con delicadeza.

Sus nueve años de poder han dado para frases muy memorables y para conflictos diplomáticos de todos los tipos, como el que actualmente tiene abierto con Colombia por haberle retirado la autorización para mediar en la liberación de los secuestrados por las FARC. El pasado domingo, Chávez congeló las relaciones con Bogotá, y unos días después dejó claro que no las sacará del congelador mientras Uribe sea presidente.

Pero el dirigente colombiano no es ni de lejos el mandatario que más despierta las iras de Chávez. Su preferido es George W. Bush, el presidente del "imperio", como suele llamar el venezolano a Estados Unidos.

El 20 de octubre de 2006, las delicadas palabras de Chávez al estadounidense resonaron en el plenario de la Asamblea General de la ONU. "El diablo está en casa. Ayer el diablo vino aquí. En este lugar huele a azufre", dijo Chávez. En otra ocasión, en agosto de 2007, al hablar de las compras de hidrocarburos de EEUU, dijo que Bush es un "conde Drácula" que salta al "cuello energético" de los países en desarrollo, y han sido frecuentes las veces en que ha pedido para el presidente estadounidense tratamiento psiquiátrico.

Pisándole los talones al dirigente estadounidense está el ex presidente del Gobierno español José María Aznar, un "fascista" según Chávez. Precisamente la insistencia de Chávez en descalificar a Aznar y en quitarle el turno de palabra al actual presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, fue lo que provocó en la reciente Cumbre Iberoamericana el ya famoso "¿Por qué no te callas?" del rey Juan Carlos.

De Aznar dice que Hitler se queda corto frente a él, que es un "imbécil" y un "indigno", y que no es más que uno de los "lacayos y cachorros del imperio".

Menos vergüenza aún le da a Chávez hablar de la Iglesia: "si Cristo estuviera vivo, sacaría a los obispos a latigazos". Y todo, porque la conferencia episcopal considera "moralmente inaceptable" la reforma constitucional que él propone y está siendo sometida a referéndum hoy.

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