Justo cuando se cumplen 15 años del nacimiento del flamenco billy, el inventor del término -un estilo basado en el flamenco pero abierto a las nuevas músicas-, Chico Ocaña, se embarca en una aventura en solitario donde continúa dando rienda suelta a un género que ya es marca registrada inseparable de su persona. "Ahora no me va a engañar nadie porque ya me engaño yo. Empecé en el mundo del teatro pero me di cuenta de que todos me querían engañar. Después me metí en la imagen y también me quisieron engañar. Luego hice Mártires y me intentaron engañar con Mártires. Ahora me engaño yo".
"No es mi primer disco en solitario. Simplemente antes me llamaba Mártires del Compás y ahora me llamo Chico Ocaña, que es como me han conocido siempre. En ambos proyectos me he acompañado de una banda, aunque esta es la primera vez que lo hago todo al cien por cien", declara el cantante, que añade que su idea era "terminar con Mártires bien", grabando el último disco que tenían acordado por contrato. "Pero luego yo ya sabía que iba a cambiar de banda porque con la gente con la que trabajaba en Mártires ya no me sentía a gusto". Ocaña no duda en reconocer el peso que acarrea un nombre como Mártires del Compás: "La gente que era público de Mártires te va a poner a prueba y decir, tal vez, que les gustaba más lo de antes. Pero sigo siendo el mismo autor, con más años, y el mismo personaje".
Su nuevo disco, Canciones de mesa camilla, es puro flamenco billy, un disco en el que mandan las canciones y las letras. "El flamenco billy es una conducta que nace en el campo de Gibraltar. Desde San Roque -su ciudad natal- con una radio pequeña podías escuchar música que en este país se prohibía y no se entendía. Podíamos acceder a Hendrix, los Rolling Stones y toda la música del momento. Billy, en el argot americano, es un hombre de campo, y flamenco billy es entonces el flamenco de la calle. Soy el creador del término y del formato, que es el mismo que en los primeros Mártires", explica entusiasmado el artista.
Dos guitarras españolas, bajo y percusión se bastan y sobran para sostener la voz de Chico Ocaña, quien defiende que "las canciones están hechas en casa de forma familiar. Y la forma de grabar es la contraria a lo habitual, la claqueta es la voz, mi obra se monta desde la voz". El cantautor, que no sabe tocar ni afinar una guitarra, se muestra agradecido con el trabajo de quienes han vestido su obra. "La mayor parte de la banda es de Manresa, Barcelona. Su libertad comienza en el momento en el que yo les canto mi letra y ellos la tienen que vestir. Los arreglos los comparto con ellos, lo que pasa es que esta vez he sido muy exigente porque no quería que se perdiera el estilo billy y que los acordes y arreglos fuesen siempre muy coherentes con el resto de mi obra", agrega.
Ocaña, confiesa que le fascina el proceso creativo. "Lo mejor para alguien que crea es cuando está haciéndolo. Luego, cuando la obra se culmina y las canciones las canta la gente, ya no son tuyas, ya son de ellos".
