Los jueces les hallaron culpables de participar en las revueltas étnicas entre chinos han y uigures, que terminaron con la muerte de al menos 197 personas y más de 1.600 heridos, en la peor matanza que vivió China en los últimos 20 años.
Precisamente, este fin de semana se dio a conocer que un hombre fue condenado a muerte y otro a cadena perpetua por participar en el incidente en una fábrica de juguetes en Cantón (sur de China), en el que murieron dos empleados de etnia uigur, y que fue la chispa que prendió el fuego de los terribles disturbios de Xinjiang.
Linchamiento. Los acusados estaban relacionados con el linchamiento sucedido el pasado 26 de junio en la Fábrica de Juguetes Xuri, en Shaoguan, donde murieron dos trabajadores uigures y cientos resultaron heridos.
La prensa china informó entonces de que el linchamiento se produjo después de que un ex empleado chino, descontento con la llegada de los uigures, hiciera correr el rumor falso de que habían violado a una joven. La impunidad de los protagonistas del linchamiento, obreros de la fábrica, provocó la ira de los uigures en Urumqi, que el 5 de julio protagonizaron una protesta que devino violenta y desató el conflicto étnico en Xinjiang.
Por estas revueltas fueron detenidas más de 1.400 personas. Para restablecer la calma el Gobierno impuso el toque de queda nocturno, mientras que decenas de miles de soldados tomaron las calles, después de que miles de efectivos procedentes de otras zonas se sumaran a los más de 20.000 desplegados desde que estalló la violencia.
Pero si las revueltas en un principio fueron protagonizadas por uigures, durante los siguientes días decenas de ciudadanos armados con machetes, piedras y bastones de hierro salieron a la calle, clamando venganza por sus muertos. El barrio uigur de Urumqi sufrió graves destrozos, donde las mezquitas permanecieron cerradas, para evitar ser asaltadas.
Esta región autónoma occidental china está habitada desde hace siglos por uigures, una etnia de lengua turcomana y religión musulmana que hoy representa menos de la mitad de la población por la llegada de colonos chinos.
China es el país donde más sentencias de muerte se dictan al año, con 1.067 ejecuciones en 2008, pero la cifra real se sitúa por encima de las 8.000, según han filtrado los propios legisladores chinos.