Las autoridades chinas rechazaron ayer las declaraciones del ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, en las que criticó el modo en que Pekín reprimió las revueltas iniciadas hace 12 días en el Tíbet.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, afirmó que "cualquier país con un objetivo y justo punto de vista apoyaría las medidas adoptadas por China para mantener la estabilidad social y salvaguardar la vida y propiedades de las personas". Asimismo, comparó la ola de violencia surgida en el Tíbet con los conflictos violentos de los suburbios parisinos que se produjeron en el pasado año.
El ministro francés dijo que "esa represión es insoportable" y explicó que el lunes conversó con su colega chino, Yang Jiechi, para pedirle la entrada en el Tíbet de los periodistas internacionales.
En sus declaraciones, Qin volvió a acusar al Dalai Lama de estar detrás de las revueltas del pasado 14 de marzo, que según China se saldaron con 19 muertos, pero el gobierno tibetano en el exilio asegura que las víctimas mortales ascienden a 140 como consecuencia de la represión de los manifestantes por parte de la Policía china. Por otra parte, el Dalai dice que abandonará su papel de líder espiritual si continúa el camino de la violencia.
En este sentido, el portavoz chino también criticó a la secretaria de Estado francesa para los Derechos Humanos, Rama Yade, por mostrar su intención de reunirse con el Dalai Lama en caso de que el líder espiritual tibetano visite Francia. Sarkozy dijo que esperara a ver cómo evoluciona la situación para este contacto.
En contra del Dalai. El Gobierno chino muestra su firme oposición a la visita del Dalai Lama a cualquier país y bajo cualquier identidad para el desarrollo de actividades secesionistas y a que cualquier nación tenga cualquier tipo de contacto oficial con él", subrayó Qin.
Destacó asimismo que "la comunidad internacional apoya a China y no al Dalai Lama", un respaldo que se puede comprobar, según Qin, en alusión a los más de un centenar de países que han expresado su comprensión por el modo en que las autoridades chinas trataron las revueltas.
Por otra parte, el presidente del Parlamento tibetano en el exilio, Karma Chophel, valoró ayer que, a pesar de la represión violenta de las protestas en el Tíbet, los Juegos Olímpicos de Pekín deben celebrarse para propiciar la apertura del país asiático.
