“Queridos compañeros, os presento un sueño”. Sin interludios, ni prolongados silencios. Un Jesús Quintero “distinto”, “más creativo que nunca”, se expresó ayer con un inusitado entusiasmo al dar a conocer la programación con la que arrancará este viernes el nuevo teatro que lleva su nombre y que abre sus puertas en la calle Cuna, levantado sobre el antiguo cine Pathé, “el único intramuros” que se conserva en la ciudad, como se encargó de remarcar el periodista.
“Ésta es mi casa y mi panteón, y espero que no sea también mi ruina”, bromeó Quintero sobre el renovado edificio, que funciona también como plató de televisión –donde se graba actualmente su programa de entrevistas Ratones coloraos, de Canal Sur–, escuela de comunicación y maquillaje, y que es el único espacio escénico de la ciudad que se financia al cien por cien con recursos privados. Dijo Quintero incluso, con la locuacidad de la que hizo gala ayer, que está dispuesto a gastarse lo que gana en la tele en lo que pierda con el teatro, por lo que citó, “salvando las distancias”, a Vittorio Gassman, quien también aseguró en su día haberse gastado en el teatro lo que ganó haciendo cine.
El Teatro Quintero, además de un escenario y un patio de butacas convertible con un aforo de 302 personas, integra un café –que estará dedicado al Music Hall– denominado Trece noches, en recuerdo de la serie de conversaciones que grabó para la televisión con el escritor Antonio Gala; y una librería a la que ha puesto el nombre de Bécquer.
Con todas estas características que lo convierten en exclusivo, el Teatro Quintero comienza su actividad el viernes con el estreno en Sevilla de La maleta de los nervios, la nueva propuesta escénica de la compañía gaditana Chirigóticas. Integrada por Teresa Quintero, Alejandra López y Ana López Segovia, esta agrupación femenina “y feminista” levantará el telón del Teatro Quintero con una comedia coral sobre mujeres que se dedican “al oficio más antiguo del mundo, pero dudosamente respetado”, como es el de las amas de casa, indicó Quintero.
Procedentes de la cultura carnavalesca, Chirigóticas rescatan este espíritu en el nuevo espectáculo, que se representa al 50 por ciento cantado y hablado, según explicó el director del montaje, el dramaturgo Antonio Álamo, a la sazón director del Teatro Lope de Vega de Sevilla, que ha trabajado por primera vez con un texto cuyos personajes y desarrollo dramático se imbrica en la tradición gaditana de las chirigotas ilegales.
Aún así, “nos permitimos el lujo de ponernos serios, de escenas bien dramáticas”, advirtió Álamo. La maleta de los nervios sirvió para inaugurar, hace unos meses, el nuevo Teatro José Monleón de Madrid; y el viernes harán lo propio en el Quintero. “No está mal tener en el currículum los honores de abrir teatros. Santa Teresa abría conventos y vosotras, espacios escénicos”, bromeó Jesús Quintero.
Chirigóticas ocupará el nuevo escenario hasta el próximo 15 de mayo, y a partir de ahí se sucederán una serie de “encuentros con la música”, como los denominó Quintero, entre los que figuran, en primer lugar, el concierto de Yelsi Heredia y Lebrija Son, producido por Diego El Cigala, que tendrá lugar, en un paréntesis de La maleta de los nervios, el próximo 6 de mayo (21.00 horas). Este recital contará con la colaboración especial de David Peña Dorantes, Tomás Perrate y Alba Molina.
No obstante, Jesús Quintero remarcó la próxima presencia –previsiblemente para junio pero aún sin fecha cerrada– de la polifacética cantante de Mar del Plata Nacha Guevara, que presentará junto a su colaborador habitual Alberto Favero el espectáculo Mucho más que dos.
No obstante, la mente de Quintero va mucho más allá y esbozó una amplísima galería de ideas a las que dar forma en lo que él calificó como “centro de agitación cultural”, con cabida para el jazz, el flamenco y otras manifestaciones artísticas. “La idea es innovar, hacer cosas nuevas, que vivamos con arte este teatro y que se convierta, sobre todo, en un templo de la palabra”, sentenció.
