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Chuli: "El Betis me fascina por valiente desde que lo vi contra el Barça el año del ascenso"

ENTREVISTA. Se confiesa admirador de Giggs, admite que en Barcelona se dio un "batacazo" porque se lo creyó más de la cuenta y no se pone metas: "El año pasado no lo hice y me salió muy bien".

el 22 jul 2013 / 10:23 h.

Chuli conduce un carrito de golf en la concentración de Montecastillo, donde ha vivido sus primeros días como jugador del Beris. Foto: J.M. Espino (Atese) Chuli conduce un carrito de golf en la concentración de Montecastillo, donde ha vivido sus primeros días como jugador del Beris. Foto: J.M. Espino (Atese) Admira a Ryan Giggs, es zurdo pero suele hacer goles con la diestra, la pasada campaña se ganó el honor de ser el jugador revelación de Segunda con el Recreativo, ha dejado atrás un nutrido historial de lesiones musculares y asegura que no es “muy de marcha”. Manuel Jesús Vázquez Florido, Chuli en realidad, confiesa que hace un año comenzó “un sueño” que ahora prosigue en el Betis. “Y no quiero despertar”, añade. Está en “un grande” y lo nota hasta en él mismo, porque ha dicho adiós a una de sus manías, viajar siempre con un Casio dorado en la muñeca. Eso sí, seguirá entrando en el campo con el pie derecho. –¿Nota ya que está en un equipo de Primera División? –Sí se nota: en el ritmo, en la calidad de los jugadores… También te das cuenta de lo grande que es este club, la gente que mueve y la organización. Pero muy contento con la acogida, me estoy sintiendo uno más, como en casa. –¿Que la gente esté tan encima significa que hay riesgo de que se le suba a la cabeza? –Uno siempre sabe lo que es, no puedes pensar que eres más de lo que eres. Sigo a lo mío, entrenar y jugar, pasito a pasito. Sé que tengo 22 años, que acabo de llegar y que lo que debo hacer es engancharme a esto como pueda y aprender de los profesionales. –De jugar en Segunda con una ficha de Tercera a estar en Primera. ¿Cómo asimila semejante salto? –El primero al que cogió de sorpresa fui yo, porque llego del B al Recre y mi objetivo era arañar el máximo de minutos. De repente en la primera jornada fui titular y de ahí sin parar hasta el final siendo titular y metiendo goles, viendo que la afición me paraba y que los niños siempre me buscaban a mí. Es un sueño del que no quiero despertar. –¿Qué pensó cuando firmó el primer autógrafo? –¡Si soy yo el que estaba haciendo eso hacía nada! Me sorprendió, no sabía ni cómo firmar (ríe). –Para usted fue clave el técnico del filial del Recre, Cándido Rosado, ¿no? –He tenido entrenadores muy importantes, en el Espanyol y en el Recre. Cándido fue quizá el más importante porque era el momento en que yo parecía que iba hacia abajo. Él consiguió darme la confianza y el cariño que necesitaba. Yno me puedo olvidar de Sergi Barjuán, que fue valiente y me dio la oportunidad y la continuidad en el fútbol profesional. –¿Desde cuándo sabía que iba a jugar en el Betis? –A mitad de temporada, en invierno, ellos se ponen en contacto conmigo pero yo tengo claro que quiero seguir paso a paso, no dar un paso en falso, y acabar la temporada en el Recre. Hasta que terminó la temporada y logramos la salvación no tuve claro nada. –¿Y cuántos equipos han llamado a su puerta? –Ha habido bastantes, incluso ofreciendo más dinero, pero lo que busco es ser feliz. Ganar más o menos dinero no me va a dar la felicidad. Yo sabía del vestuario que había aquí, del ambiente, de cómo era esto, y estoy al lado de mi casa y mi familia. –¿El Sevilla fue uno de ellos? –Creo que no, se habló pero al final no hubo interés serio ni oferta formal. El que más se interesó fue el Betis y le devolví el cariño. Foto: J.M. Espino (Atese) Foto: J.M. Espino (Atese) –¿Es verdad que perdió 90.000 euros por volver del Espanyol al Recre? –Perdoné bastante, incluso tenía ofertas de otros filiales cobrando el doble o el triple, pero quería volver a casa, sabía que ahí podía mostrar mi fútbol. No me moví por dinero sino por sentimiento. –¿Para ser feliz en la vida pasa es imprescindible ser feliz en el fútbol? –Sí, pero les pasa a todos los futbolistas. El que no es feliz no es capaz de transmitirlo en el campo. Al final llegará una época en la que puedas vivir lejos de los tuyos, pero yo decidí esto y no me arrepiento. –¿Qué es para Chuli la felicidad máxima en fútbol?¿Ganar títulos, ser titular, ir a la selección? –Un futbolista quiere todo eso que ha dicho, pero yo quiero ir pasito a pasito, tengo que arañar minutos aquí y poco más. –¿Qué sentirá cuando debute en Primera, por ejemplo en el Bernabéu? –No estaría mal (ríe). Supongo que me sentiré como cuando debuté con el Recre en Segunda, estaré nervioso y en tensión porque es algo nuevo para mí, con los cinco sentidos para no equivocarme. –¿Le impresionará jugar en estadios así, le temblarán las piernas? –Más que temblarme las piernas es que se tratatá una situación de más tensión, algo nuevo a lo que no estás tan acostumbrado, pero poco a poco me iré acomodando, como me pasó en Segunda. Yo venía de jugar en campos de Tercera y pasé a jugar en campos de Segunda y para mí era lo máximo. –¿Dónde le ilusiona jugar? –Aparte del Bernabéu y el Camp Nou, que son los más grandes, al estadio del Espanyol le tengo cariño, nunca tuve la oportunidad de jugar allí y es muy bonito. –Tiene la cabeza muy bien amueblada para un chaval de 22 años. ¿De quién o de qué es la culpa? –La experiencia que tuve en Barcelona me hizo darme cuenta de lo que es esta profesión. Allí iba muy adelantado a mi edad, quizá mi mente se pensó otra cosa y me pegué el batacazo. Te lo crees un poco más de lo normal y te das cuenta de que en el fútbol no hay nada hecho nunca y no te puedes dejar llevar; es lo que aprendí. Recapacité, volví a buscar la felicidad y la encontré. Me ayudan son mi familia; mi representante, Emilio de la Riva, que para mí es como un padre; y mi pareja, que siempre me da la calma, la que vive el minuto a minuto conmigo. –¿Añoró mucho en Barcelona las papas revueltas con huevo de su madre? –(ríe) Es mi comida preferida. Ahora la tengo más cerca, me pasará algún tupper. Si no, le diré a mi novia que coja la receta. –Canterano... ¿de qué equipo? –Los años más importantes de formación los viví en el Espanyol y sé que soy canterano del Espanyol aunque me sienta canterano del Recre, por sentimiento y porque soy de Huelva. Desde chico he sido del Recre, fui socio muchos años. –¿Alguna afinidad por el Betis, aunque fuese por proximidad? –Pues mire, ya conoce la rivalidad del Recre con el Sevilla, así que he tenido más afinidad con el Betis, sobre todo en Segunda, en el año del ascenso, cuando jugó contra el Barça (en la Copa). Ese año me fascinó y siempre que podía ver partidos del Betis los he visto. –¿Se identifica con el estilo? –Sí, me gusta mucho, me sorprendió lo valiente que fue el Betis cuando jugó contra el Barça. –¿Qué le pide el míster por ahora? –Que busque la portería y sea vertical. Es lo que soy, no me pide nada fuera de lo común. Y que haga la presión y vayamos a por el portero como sea en cuanto robemos la pelota. –Ya habrá visto que aquí va a correr mucho hacia atrás… –Sí, hay que ponerse las pilas en defensa, aunque Sergi ya nos exigía bastante. Hay que hacer el esfuerzo por el equipo. Cuando estemos arriba, ya descansaremos con el balón en los pies. –Usted dice que es delantero o atacante por la derecha, ¿no? –El míster tiene claro lo que se me da bien, sabe que mi posición preferida es la de delantero centro, por comodidad y porque llevo muchos años jugando ahí y los movimientos me salen naturales, pero el año pasado estuve en la derecha y se me dio genial. Nunca había probado esa posición. –Mel se ha caracterizado por hacer progresar a muchos futbolistas: Jefferson Montero, Cañas... ¿En qué cree que puede o debe mejorar con este míster? –Lo que peor llevo es recibir el balón de espaldas. Eso sí que me lo ha dicho el míster, que quiera un poco más la pelota, que venga a recibirla de espaldas. Iré cogiéndolo poco a poco. –Hablaba antes de su pareja. ¿Hasta qué punto tiene motivos para estar celosa de Juanfran? –(ríe) Ella sabe que lo mío con Juanfran es pura amistad, sabe lo que hay y está tranquila. El caso es que había jugado contra él en Segunda, pero nunca tuvimos relación ni nada. Aquí nos pusieron juntos y tenemos mucha afinidad. –¿Se imaginaba que habría un Cedric Mbawati en su vida? –(ríe) Es bueno encontrarte gente así porque te ríes mucho con él, es muy buena gente y el ambiente en general es genial. Yo venía de un vestuario increíble, el del Recre, donde me sentía supercómodo, y tenía esa duda al llegar aquí, pero estoy muy a gusto. –¿Ese trío flamenco que han formado tiene futuro? –(ríe) Tenemos que pulir algunos aspectos, como los ritmos o la voz, pero intentaremos tirar adelante (ríe). La historia es que teníamos que hacer una presentación ante la plantilla, al ser los nuevos, y decidimos cantar por Camarón. Yo llevo más o menos el ritmo de las palmas, Juanfran dijo que bailaba y maestro Mbawati quería cantar. –¿Quién nota que es el jefe en el vestuario? ¿Quizá Amaya? –Lo siento así. Amaya se ha acercado bastante a mí, también me siento a su lado en el autobús y él es quien pone la música, pone flamenco y muy bien. Chica, al venir del Espanyol, también me ayudó. –Marcó 15 goles en el Recre. ¿En el Betis estarían bien 10 para empezar? –Bueno, voy a intentar meter el primero y ya iremos poco a poco. No me pongo cifras, no me las puse el año pasado y mire cómo me fue, a ver si se me da igual. –Admira a Giggs. ¿Se ve jugando a los 40, como él? –Mi cuerpo está un poco cascado (ríe), pero lo intentaré, quiero ser igual de profesional que él. Si me desgasto es por mi fisonomía, porque soy bastante explosivo, pero mi vida es muy tranquila, como mucho voy al cine con mi pareja o algún concierto flamenco. No soy muy de marcha. –La explosividad está muy relacionada con las lesiones musculares… –Históricamente sí he tenido bastantes lesiones musculares, pero he aprendido de ello y el año pasado ya no sufrí ninguna. Sigo con mi trabajo de prevención para alargar mi carrera. Han sido todo roturas fibrilares y hace tres o cuatro años sufrí una pubalgia que superé sin operación ni nada.

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