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Cultura

Cien años del nacimiento del gran cantaor Angelillo

Este año se conmemora el centenario del nacimiento del gran cantaor madrileño Angelillo, que fue un verdadero ídolo del público español en la segunda y tercera décadas del pasado siglo y que murió en 1973. (Foto: El Correo).

el 15 sep 2009 / 03:21 h.

Este año se conmemora el centenario del nacimiento del gran cantaor madrileño Angelillo, que fue un verdadero ídolo del público español en la segunda y tercera décadas del pasado siglo y que murió en 1973.

El centenario del nacimiento del popular cantaor madrileño, que se conmemora este año, está pasando inadvertido para los flamencos. También es verdad que éstos, en su mayoría, piensan que el de Vallecas era más un cantante que un cantaor de flamenco. Gran error, sin duda, porque Ángel San Pedro Montero, que fue primero conocido por el sobrenombre de El Pitero, y que después adoptó el de Angelillo, era cantaor y, además, de los más destacados de la escuela melódica, de la que el Niño de Marchena fue el verdadero rey durante más de medio siglo.

Nacido el día 12 de enero de 1908 en la calle San Francisco del madrileño barrio de Vallecas, Angelillo trabajó de joyero y de fumista, porque era el quinto hijo de un humilde matrimonio. Su padre trabajaba en el servicio de limpieza del Ayuntamiento de Madrid y tuvo que hacer verdaderos juegos malabares para sacar adelante a su numerosa prole. Por eso, siendo Angelillo todavía un adolescente y sabiéndose dueño de una prodigiosa garganta, se presentó a un concurso en su barrio y resultó ser el ganador.

Pero fue en 1925 cuando el cantaor saltó a la fama con su participación en la Copa Pavón, concurso que se celebró en el teatro madrileño del mismo nombre y que ganó el gran artista sevillano Manuel Vallejo, del que Angelillo era un claro seguidor.

El de Vallecas grabó sus primeros discos en 1928 y se convirtió en uno de los cantaores más contratados de la Ópera Flamenca, donde llegó a compartir escenario con todos los grandes de la época, desde el Niño de Marchena hasta Paco Mazaco y la Niña de los Peines.

Angelillo fue el primer cantaor que se atrevió a cantar con una orquesta de 25 profesores, en el Circo Price de Madrid. El concierto fue todo un acontecimiento, celebrado por los periódicos como algo revolucionario. Dada su fama, Angelillo fue llamado por el cine y su primer película fue El negro que tenía el alma blanca (1934). El papel se lo ofrecieron primero al Niño de Marchena, pero como tenía que hacer de limpiabotas, el genio se negó y le puso en bandeja a Angelillo el éxito de su vida.

Cuando estalló la Guerra Civil el cantaor se afincó en Buenos Aires, donde siguió triunfando y ganando mucho dinero. No volvió a España hasta 1954 y lo hizo para participar en un homenaje benéfico que organizó la esposa del dictador.

Los españoles seguían admirando su prodigiosa voz y continuó cosechando éxitos. Pero en 1973, siendo todavía un cantaor joven y con una voz cuidada y bien timbrada, se operó del estómago en Buenos Aires y falleció.

Olvidado por la flamencología rancia, será difícil olvidar la singular voz de este artista, que en los cantes de ida y vuelta y los levantinos hizo verdaderas filigranas, dejando una extensa y rica discografía de pizarra. Ojalá su centenario sirva para refrescar su memoria y su interesante obra.

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