Cultura

Cien años hace que nació y aún vive Joselero de Morón

Mañana sábado se cumplen cien años del nacimiento del cantaor Luis Torres Cádiz, al que todos conocimos por el sobrenombre de Joselero de Morón.

el 21 ene 2010 / 21:34 h.

Físicamente, Luis Torres Cádiz (Joselero de Morón) ya no está con nosotros porque nos dejó hace 25 años, pero de alguna manera no se ha ido y lo recordamos cada vez que vamos a la Puebla de Cazalla, donde vino al mundo, o al pueblo de Morón de la Frontera, donde vivió muchos años y está enterrado.

Nació este singular cantaor el día 23 de enero de 1910 en la calle Las Cávilas, de la Puebla de Cazalla, a eso de las 12 de la noche. Su madre, Carmen Cádiz Reyes, sólo tenía 22 años; su padre, Francisco Torres Carrillo, era ya todo un señor de 39 años, natural de Osuna, corredor de profesión y, al parecer, aficionado al cante jondo.

Por la línea paterna Joselero era nieto de don Francisco Torres Heredia, de Osuna, y de doña Agustina Cortés Barea, de Aguillar de Córdoba. Por línea materna, de don Francisco Cádiz Fernández, de Osuna, y de doña María Reyes Ariza, de Estepa. No hace falta decir que Joselero era gitano, después de conocer los nombres de sus antepasados más allegados.

En su familia no hubo profesionales del cante, aunque sí buenos aficionados a escuchar y a cantar. Su hermano mayor, el primer Joselero de la familia, era conocido por el Niño de la Puebla y vivió algo de este arte. Luis Torres Cádiz tomó el apodo de su hermano, cantiñeó desde niño pero nunca pensó en dedicarse al cante como profesional y optó por otras labores, sobre todo la venta ambulante de tiras bordadas, encajes y chucherías. También hacía unas preciosas cucharas que vendía por los bares y restaurantes. O sea, que era un buscavida nato. Incluso llegó a dar lecciones de cante a los norteamericanos de la Base con jurdó.

Se unió en matrimonio a Amparo Amaya Flores, que fue hermana del gran Diego del Gastor y resultó determinante para vivir de lleno el ambiente del cante ya en Morón de la Frontera, donde siempre ha habido una gran afición al cante y una extensa nómina de artistas, desde Silverio, que vivió allí su infancia y adolescencia; Diego el Tenazas, artista nacido allí y célebre por ganar el Concurso de Cante Jondo de 1922, y otros muchos que harían la lista interminable. Joselero no trató a ninguno de los dos, pero su gran afición le llevó a meterse muy pronto en fiestas con Diego; como él mismo contó en alguna ocasión, cogía el tren y se iba a Utrera en busca del Tío José, padre de Fernanda y Bernarda de Utrera, que era carnicero, y del gran Perrate, el cantaor más gitano de Utrera. De todos ellos aprendió Joselero, y de escuchar los discos del Cojo de Málaga y los de otros cantaores que le gustaron y a los que conoció en aquellas compañías de la ópera flamenca que iban por los pueblos andaluces.Su discografía no es muy extensa, pero sí muy interesante. Era un cantaor sencillo y de una expresión natural y auténtica a quien el éxito le llegó siendo ya un hombre maduro. Pasó muchas fatigas para criar a sus hijos –El Andorrano y Diego de Morón son los más conocidos–, y esas fatigas las echaba en el cante jondo con un sentido del compás y un gusto increíbles. Con motivo del centenario de su nacimiento se recordarán su eco gitano y su vida artística.

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