A. Bulnes / A. Luque
Dicen que un pueblo digno de sus mejores hijos tiene la obligación moral de honrarlos, y Sevilla tendrá el año próximo la oportunidad de recordar a algunos de ellos. Sawa, Domínguez Ortiz, Mairena, Caracol, Machado y Aleixandre marcan ya la agenda de 2009.
Curiosamente, el único centenario sevillano del que se hace eco el programa de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) para 2009, presentado por el ministro de Cultura, César Antonio Molina, el pasado martes, es el de la muerte de Alejandro Sawa, personaje fascinante donde los haya, pero de obra casi desconocida para el gran público. Tras la reciente publicación por parte de la Fundación Lara de la biografía Alejandro Sawa, Luces de Bohemia, de la profesora Amelina Correa, ya se prepara una gran exposición sobre el escritor que sirvió de modelo a Valle-Inclán una gran exposición en la Biblioteca Nacional, que irá acompañada por un congreso en el que destacados especialistas divulgarán aspectos de la vida y la obra de Sawa. Asimismo, el Círculo de Bellas Artes de la capital proyecta un itinerario cultural que bajo el título La noche de Max Estrella permitirá revivir la atmósfera del Madrid bohemio de la época y de su personaje más ilustre, que inspiró la historia de Valle-Inclán.
Además, actualmente se prepara un volumen colectivo de estudios sobre Sawa, y a lo largo del año próximo verá la luz en Cátedra la reedición de una novela de su etapa naturalista, Declaración de un vencido. Se ha comentado la intención del Centro Andaluz de las Letras de sumarse a la celebración, pero aún no hay nada confirmado.
Por otra parte, es una llamativa casualidad que el citado libro de Correa obtuviera el premio de biografías que lleva el nombre de Antonio Domínguez Ortiz, gran historiador sevillano que habría cumplido cien años en 2009.
Ese sabio discreto, el gran historiador de la España moderna, repartió su vida entre Sevilla, su ciudad natal y Granada, donde pasó gran parte de su vida. Pues bien, no sólo la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales no tiene previsto tributo alguno en el año en que se cumple el centenario de su nacimiento, sino que los Ayuntamientos de las dos ciudades a las que estuvo vinculado vital y emocionalmente no tienen aún previsto el desarrollo de un programa conmemorativo como don Antonio hubiera merecido. Y eso le sucede, precisamente, a una persona que siempre antepuso la calidad de sus trabajos a los efectos especiales, tan frecuentados por otros historiadores que jamás alcanzaron el rigor y la profundidad de sus estudios. A estas alturas, nadie ignora ya que la historia de Andalucía no sería la que es sin sus lúcidas aportaciones, plasmadas en obras fundamentales como Orto y ocaso de Sevilla, Andalucía de ayer y hoy y la monumental Historia de Andalucía en ocho volúmenes. Y todo, como recordaron sus compañeros tras su muerte en 2001, enfocado desde una objetividad insobornable, invulnerable ante los envites de nacionalismos urgentes y rancios patrioterismos. Hasta la fecha, tan sólo la Fundación José Manuel Lara, con sede en Sevilla y de la que Domínguez Ortiz fue patrono hasta su fallecimiento, ha puesto el ojo en este centenario olvidado, que recordará con la celebración de un congreso con fecha aún por determinar y la reedición de algunas de sus obras más célebres.
Voces intemporales. También tendrán los flamencos motivos sobrados para anotar con trazo grueso en la agenda de 2009 dos citas imprescindibles, los centenarios coincidentes de dos de las voces que, con permiso de Camarón de la Isla, más han influido en el cante de todos los tiempos. Tal es el honor que corresponde a Antonio Mairena y Manolo Caracol, maestros indiscutibles que serán objeto de todo tipo de celebraciones a lo largo del año.
Así, como informaba recientemente El Correo, el Ayuntamiento de Sevilla, la Fundación Mairena y la Agencia Andaluza del Flamenco han mostrado su disposición a sumar fuerzas para ambas conmemoraciones, que necesariamente tendrán que celebrarse por separado dada la aversión recíproca que se profesaban los artistas.
Será una buena oportunidad, sin duda, para perdonarle a Caracol sus veleidades franquistas y gozar por todo lo alto de su legado, con una muy oportuna actualización de su obra discográfica, y unos no menos necesarios estudios de su figura, varios de los cuales ya están en marcha. Lo cierto es que, en lo que respecta a recordar públicamente al genio de la calle Lumbreras, no hay a día de hoy noticias con fecha y presupuesto, por más que se hable de un gran congreso patrocinado por la Agencia. También el alcalde de Sevilla se reunió con la hija de Caracol, Luisa Ortega, para proyectar una agenda de actos. Lo que sea, como suele decirse, sonará.
Otro cantar, y nunca mejor dicho, deberá ser la cita de Mairena, sobre la cual aún no se ha pronunciado la Fundación Mairena. Sí lo hizo en cambio el director de la Agencia, Francisco Perujo, quien el mes pasado declaró a El Correo que "por lo que han significado ambas figuras para el mundo del arte jondo, está claro que sus centenarios merecen todo tipo de actividades, entre ellas un gran congreso de la categoría de la aportación que Mairena y Caracol hicieron al flamenco".
Lo único confirmado hasta ahora es que las Rutas Flamencas que organiza cada año la Junta estarán especialmente dedicadas a ambas figuras.