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Científicos avalan la seguridad de la vacuna del virus del papiloma

La comunidad científica defiende a ultranza la seguridad de la vacuna contra el virus del papiloma, que previene del cáncer de cuello de útero. Ocho sociedades reiteraron ayer que ningún organismo sanitario ha encontrado una relación entre la inyección y los efectos adversos graves que sufren la dos niñas de Valencia.

el 15 sep 2009 / 23:58 h.

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La comunidad científica defiende a ultranza la seguridad de la vacuna contra el virus del papiloma, que previene del cáncer de cuello de útero. Ocho sociedades reiteraron ayer que ningún organismo sanitario ha encontrado una relación entre la inyección y los efectos adversos graves que sufren la dos niñas de Valencia.

El coordinador del documento de consenso que presentaron ayer las entidades científicas, Javier Cortés, explicó que el proceso de investigación epidemiológico "sigue abierto", pero reiteró que ningún organismo sanitario nacional o internacional ha relacionado causalmente los efectos adversos graves con la vacuna, "incluidos los dos casos de Valencia", aunque se desconoce el origen de las crisis convulsivas de las dos jóvenes de Valencia. Éstas permanecen ingresadas desde el pasado 4 y 5 de febrero a causa de las convulsiones que padecen después de que se vacunaran del virus del papiloma humano en el Hospital Clínico de Valencia.

Hasta allí se ha desplazado un grupo de expertos nombrado por el Ministerio de Sanidad que incorpora a especialistas en microbiología, neurología, pediatría e inmunología así como miembros de la Dirección General de Salud Pública para estudiar el caso.

El coordinador del comité asesor de vacunas de la Asociación Nacional de Pediatría, Enrique Bernaola, explicó a este diario que del mismo lote de la marca Gardasil con el que se vacunó a las dos menores valencianas se inyectó a otras 80.000 personas en cinco países europeos "y no ha pasado nada". Pidió prudencia y que no se hable a la ligera, para no crear alarma social, porque, según auguró, es posible que por ello baje el número de niñas que acudan a vacunarse. "Ha habido almas caritativas que han dicho barbaridades", criticó.

Entre los efectos de las dos marcas de vacunas que se están comercializando figuran reacciones locales en el 10% de los casos; fiebre, cefalea o cansancio a la semana de administrarse y trastorno sincopal leve en otros 10 o 15%, todos ellos recogidos en la ficha técnica, algo a lo que Bernaola restó importancia por la efectividad de la vacuna.

El documento de consenso de las ocho sociedades científicas recomienda la vacunación a las niñas de entre 11 y 14 años, por el máximo potencial preventivo que se logra a esa edad, y continuar con la inmunoterapia hasta los 26 años e incluso hasta los 45 "por los datos favorables de respuesta inmunitaria y eficacia". Enrique Bernaola señaló que lo ideal es vacunar a las menores antes de que tengan relaciones sexuales, pero insistió que también previene a las jóvenes que hayan mantenido relaciones y que incluso se hayan infectado con el virus. "La eficacia de la vacuna no es tan alta, pero también tiene su efectividad", aseguró.

Según los datos que maneja este pediatra, el 70% de las 1.700 mujeres que fallecen al año en España por cáncer de cuello de útero se podrían haber salvado si hubiesen sido vacunadas hace 20 años, por lo que indicó que la vacuna podrá salvar en 2029 a muchas mujeres más, "porque los hábitos sexuales han cambiado". A pesar de la efectividad de la vacuna -son tres dosis-, recomendó a las mujeres que estén vacunadas que mantengan las revisiones periódicas con el ginecólogo.

El documento de consenso está firmado por las sociedades de Dermatología y Venerología; Ginecología y Obstetricia, Patología Cervical y Colposcopia, Microbiología y Salud, la sociedad de Médicos Generales y de Médicos de Familia; la de Médicos de Atención Primaria y la Asociación Española de Pediatría, además de la Asociación Española contra el Cáncer.

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