"En este momento, la pequeña Ruth y el pequeño José están sufriendo" por no estar con su familia y "ahora es el momento de demostrarles a estos dos pequeñines que sus padres, abuelos, primos y amiguitos estamos buscándolos". La lectura de un comunicado en el bulevar del Gran Capitán de la capital cordobesa sirvió ayer para reclamar la vuelta de los dos niños que desaparecieron hace un mes cuando estaban bajo el cuidado de su padre, José Bretón, en el parque Cruz Conde. Las concentraciones silenciosas se sucedieron a las 20.00 horas en las ocho capitales andaluzas, en Paymogo (Huelva), y horas antes en Madrid (en la Puerta del Sol), en Alcalá de Henares y en la plaza de María Pita en La Coruña. "Ahora es el momento de que la persona o personas que los tienen sean valientes y los dejen en libertad y los devuelvan", leyó el portavoz ante unas 250 personas. "Solo pedimos su generosidad", remató.
En Huelva, la portavoz de la familia materna, Esther Chaves, aseguró que el entorno "no pierde la esperanza" y considera que "no tienen motivos para pensar que los niños no están vivos". Chaves explicó que "por lógica" la familia piensa que los menores siguen con vida, ya que "no hay motivo ni prueba" que demuestre lo contrario, recoge Europa Press.
investigación. De la actuación policial solo trasciende lo que se ve después de que un equipo dirigido por el comisario Serafín Castro, jefe de la Unidad de Delincuencia Especial y Violenta (UDEV), tomara el mando. Son 15 agentes para desentrañar uno de los casos más complicados a los que se ha enfrentado la Policía Nacional en los últimos años. Y es así porque a un mes de la desaparición se desconoce la suerte y el paradero de los dos menores, que llevan camino de unirse a nombres como los canarios Yeremi Vargas y Sara Morales; Josué Monge, de 13 años, desaparecido en la localidad sevillana de Dos Hermanas en abril del 2006, o la joven irlandesa Amy FitzPatrick, de 15 años, desaparecida en diciembre del 2007 en Mijas (Málaga).
Incapaces de penetrar en la cabeza de Bretón, los investigadores barajan varias hipótesis sobre esas cuatro horas de aquel sábado que el padre pasó con los niños en la finca de los abuelos paternos, en Las Quemadas Altas, trillada varias veces con georradares, unidades caninas, del subsuelo y una brigada de albañiles que levantó suelos y falsos techos en la vivienda de esa parcela.
Un dato que se conoció el lunes añade más incógnitas: una cámara del cercano Centro de Inserción Social -dependiente de Instituciones Penitenciarias- captó a las 14.00 horas a Bretón entrando en coche a la parcela con sus hijos, pero a la salida, cuatro horas más tarde, no se detectó a los niños con la misma nitidez. Ante el cerrojazo informativo, la fuente más buscada es el abogado de Bretón, José María Sánchez de Puerta. La mañana del sábado, Bretón lleva a los niños de casa de sus padres a casa de su hermana, donde están hasta las 13.00 horas y allí comen. Media hora después llegan a casa de los abuelos, en La Viñuela. Los niños, camino de la parcela, se quedan dormidos. Llegan a Las Quemadas, aparca a la sombra, con las puertas abiertas y los deja en el coche. Hace una hoguera y quema recuerdos de su mujer.
Allí aparecen restos óseos de perro y eso se justifica, dice el abogado, porque Ruth Ortiz es veterinaria y los tenía para prácticas. Cuando termina se mete en el coche también con los niños y se queda adormilado hasta que los niños se despiertan. Sale sobre las 17.30. Se va al parque Cruz Conde sobre las 18.00, donde ya previamente pero sin fijar la hora había quedado con su hermana y sus hijos y con su hermano.
A las 18.08, los niños corretean junto a un grupo de personas. Bretón se sienta en una barra de hacer gimnasia, se distrae y los pierde de vista. Son las 18.20. Llama a su hermano y le dice que los ha perdido. Cuando su hermano llega los dos buscan. Llama a su hermana Catalina, y esta le aconseja que acuda a la Ciudad de los Niños y que avisen por megafonía. Corre de un lado a otro, y hay testigos que lo ven desencajado, mantiene el abogado (se refiere a un joven que apareció 6 días después). A las 18.40 llama a la Policía. Pero ningún testigo vio a los niños en el parque.
