Cinco trabajadores resultaron heridos ayer en Córdoba al desplomarse parte del forjado de la nave que construían en el polígono de la Torrecilla de la capital. El accidente tuvo lugar poco después de las 13.00 horas cuando parte de la estructura del edificio en construcción se vino abajo. Tras ella cayeron los cinco operarios que procedían a hacer un encofrado en ese momento y que con el golpe se produjeron heridas de diversa consideración, todas traumatológicas.
La caída se produjo desde unos cinco metros de altura. Los heridos, leves según informó el 061 y que en la mayoría de los casos pudieron salir del lugar del siniestro por su propio pie, fueron trasladados en varias ambulancias al hospital Reina Sofía.
El concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Córdoba, José Joaquín Cuadra, apuntó la posibilidad de que el resto del edificio, que se encuentra en una fase de construcción muy primaria, fuera demolido "ante el riesgo de que se venga abajo". Cuadra, que se desplazó al lugar de los hechos, barajó la posibilidad de que el accidente se hubiera producido por un problema en la ejecución de la obra "que no se ha hecho como debería de hacer".
UGT denunció que la obra "no se estaba realizando cumpliendo las medidas de seguridad necesarias" para este tipo de operación. Según el sindicato, la viga que se desplomó debería haberse apuntalado antes de iniciar la construcción del suelo de la primera planta, desde la que cayeron los operarios.
El secretario general de Construcción de UGT, Vicente Palomares, consideró un "tremendo error no apuntalar la viga de carga mientras se encofraba la primera planta del edificio". El sindicato va a enviar una denuncia a la inspección de trabajo.
Los trabajadores de la Inspección de Trabajo de Córdoba denunciaron recientemente que, pese a las promesas de las administraciones, la plantilla de trabajadores de este cuerpo sigue siendo escasa. Tan sólo cinco personas hacen frente a este trabajo en toda la provincia. Desde UGT se reconoce que la administración "ha apostado por invertir en prevención y no en vigilancia" lo que hace más difícil la erradicación de la siniestralidad laboral. Según Palomares, "el personal que tiene la inspección de trabajo es ínfimo, mínimo y no puede controlar los problemas".
