Después de cinco meses sin ganar un solo partido en casa, de sumar dos victorias en ¡diecisiete jornadas!, de dejar escapar hasta cuatro triunfos que lo podían tener a las mismas puertas de Europa (Getafe y Barcelona le remontaron un 2-0, el Mallorca un 0-3, y hasta el Numancia le privó de una victoria que parecía milagrosa), ya va siendo hora de buscar un revulsivo en el banquillo de este equipo, cuyo deambular es clavado al que tenía en la campaña 1999/00 con Griguol y Hiddink y acabó con un ominoso descenso a Segunda división.
Entonces el Betis se fue al hoyo con Alfonso, Finidi, Denilson, Prats... y un técnico de renombre como Hiddink (hoy en el Chelsea y la selección rusa), que fue incapaz de hacer cambiar la horripilante dinámica de un Betis que arrancó una tarde de diciembre ante el Espanyol: al que ganaba 2-0 a los 65 minutos y con el que acabó perdiendo ¡2-5! Los verdiblancos, entonces dirigidos por Griguol, habían ganado 6 partidos de 13 y luego, con el argentino y Hiddink, sólo fueron capaces de ganar 3 de 22. Ahora lleva 2 de 17... y subiendo. Harían bien Merino y Cañas en recordarle a Lopera cómo acabó aquello y cómo la solución Hadzibegic no fue tal porque llegó demasiado tarde. Avisado está.
