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Clegg condiciona un pacto de gobierno a la reforma electoral

Los liberaldemócratas, que tienen la llave del poder, analizan la propuesta ‘tory'.

el 08 may 2010 / 20:12 h.

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El líder del Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg (i); el ganador de las elecciones, el tory David Cameron (c); y el primer ministro británico Gordon Brown (d) participaron ayer en la conmemoración del 65 aniversario del final en Europa de la II Guerra Mundial.

Los liberaldemócratas dedicaron ayer una jornada maratoniana a valorar la oferta del líder tory, David Cameron, que permita formar cuanto antes un gobierno estable tras la crisis provocada por la falta de mayoría absoluta en el Parlamento tras las elecciones del jueves en el Reino Unido. El líder liberaldemócrata, Nick Clegg, arrancó la jornada con una primera reunión con el equipo negociador del partido. A su llegada a la sede de su formación, el líder liberal aseguró que su grupo encara la negociación con los tories con un "espíritu constructivo". No obstante, recordó que se "guiarán" por las "cuatro grandes prioridades" que han regido su programa: reforma del sistema impositivo, reforma educativa, nuevo enfoque en materia económica y reforma del sistema político, la más importante y "fundamental" para Clegg.


El dirigente mantuvo más tarde cuatro horas de sesión con todos los diputados liberaldemócratas, un encuentro alterado por un numeroso grupo de manifestantes que exigían a Clegg con gritos y pancartas a las puertas de la sede del partido que no cediese en el tema la reforma del sistema electoral si llega a aliarse con los conservadores. 

Apremiado por los manifestantes, Clegg salió a dirigirles unas breves palabras en las que les animó a continuar por ciudades y calles del país su campaña a favor de un sistema electoral más justo pero sin revelar lo tratado en la reunión con sus correligionarios. Uno de los diputados asistentes a la reunión, David Laws, se limitó a decir que seguirían las negociaciones con los tories, ya se han citado para hoy, aunque se negó a fijar un plazo temporal, que no "ayudaría". Laws dijo que el partido es consciente de las "presiones" existentes para que los políticos tomen una decisión "tan pronto como sea posible" pero remarcó que lo importante, ahora, es adoptar una "decisión que sea correcta a largo plazo".


Entre las muchas presiones que soportan los partidos destacan las de dirigentes empresariales y de la City -centro financiero de Londres-, que han instado a las tres principales formaciones a anteponer la necesidad de afrontar con urgencia la crisis económica a sus intereses "egoístas".


La posición en la que Reino Unido se encuentra actualmente es poco habitual, ya que el país tiene por primera vez en 36 años lo que aquí se llama un Parlamento colgado (sin mayoría absoluta). Esta situación ha obligado a Cameron a llamar a los liberales, al igual que hicieron también el viernes los laboristas de Gordon Brown, que plantearon a Clegg otra propuesta, en caso de que éstos no llegaran a un acuerdo con los tories.


El Partido Laborista ha presentado a los LibDem dos áreas en las que podría haber acuerdo: gestión económica de la crisis y reforma del sistema electoral para hacerlo más representativo.


El problema, sin embargo, es que así como liberaldemócratas y tories superan en el Parlamento la mayoría absoluta de 326 escaños, la suma de laboristas y el partido de Clegg no la alcanza, con lo que se necesitaría el apoyo de otras fuerzas políticas. A ello se une la resistencia de Clegg a una eventual alianza con un partido laborista que mantenga al frente a un político que considera tan gastado como Gordon Brown.


De hecho el diputado laborista John Mann pidió ayer la dimisión de Brown como líder del partido para facilitar una eventual alianza con los liberaldemócratas. Según el parlamentario, la presencia de Brown como candidato a sucederse a sí mismo al frente del Gobierno, les costó a los laboristas muchos votos.

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