Simof 2014. Sonia&Isabelle y BR Complementos. / Pepo Herrera
Mañana solidaria la de ayer con la celebración de una Pasarela contra el Cáncer en la que destacó la presencia de Mayra Gómez Kemp y donde se dieron cita nada más y nada menos que 27 firmas. Enseguida, Amparo Macía presentó una excelente y variada colección a la que, como espectadora de lujo, asistió Norma Duval vestida de gitana. Un desfile amenizado por Juan Peña dentro del que se respiró moda en cada una de las salidas de la jerezana. Combinaciones de naranjas con marrones, lienzos florales superpuestos sobre el cuerpo, sombreros con aires bandoleros para un fantástico Rocío con faldas-pantalón o faldas con muchísimo vuelo en bellísimos estampados caleidoscópicos, canasteros turquesa con flecos y volantes en negro, verdes botella (que entran con fuerza esta temporada), y una serie de rojos Valentino fueron algunas de las notas destacables de un trabajo en el que, el volante en vertical (a modo de gota que cae de mangas y bajos), constituyó otra de sus bazas más llamativas.
Posteriormente, las espaldas con prominentes escotes cuadrados, la abundancia de tiras bordadas con diferentes dibujos en la silueta (en vertical y horizontal), y hasta los trajes de corto para el hombre con elegantes chaquetillas con aplicaciones doradas, formaron parte de lo ofrecido por Carmen Latorre, la cual cerró su tiempo con una novia tan guapa como Jessica Bueno.
Ya por la tarde llegaron grandes nombres como Sara de Benítez, Pilar Vera o Juana Martín, entre otros, aumentando la asistencia de un público que, en días anteriores, solo había llenado por completo el aforo, según publicamos en nuestro periódico, con Aurora Gaviño. En cuanto a de Benítez, la primera en suerte, alabar el buen hacer de alguien que se superó a sí misma ante una sala también llena y encantada con un vestir que, a la vez, es un soplo de aire fresco. Palabras de honor con una tiranta, preciosas hombreras de hojas de tela, flecos en escotes, cadenas doradas para blancos, fucsias, verdes
Pantalones con blusas aflamencadas con volantes en los puños y una serie dedicada al Rocío, por un lado (en la que destacaron sus cómodas batas con tirantes de volantes y botones frontales), y otra a la fiesta, sensual en rojo pasión y con pronunciados escotes en uve y espaldas con tirantes. Tener sello propio es uno de los más difíciles logros para un profesional del diseño y sobra decir que la cordobesa lo ha conseguido.
Igual le pasa a Pilar Vera veterana que otra edición más volvió a colgar el cartel de no hay billetes desarrollando un homenaje a los nómadas con un universo zíngaro en cashmere de diversas tonalidades (azules, verdes agua, naranjas) que dieron paso al lunar más castizo en patrones de mangas largas con hombreras y bajos canasteros, pechos enmarcados por floreados tejidos y volantes que partían en cascada desde la cadera. Con unos estilosos looks de ondas al lateral, abundó la presencia del mantoncillo dentro de un resultado armonioso y de impecable factura. Nuevo Montecarlo, por su parte, supuso una continuidad en cuanto al concepto clásico de la flamenca apostando por amplios escotes de pico y terminaciones canasteras enriquecidas con tiras bordadas de medio volante hacia abajo. Amigas del lunar, las tres hermanas de esta firma incorporaron la novedad de mantones con rombos calados de factura muy juvenil.
Muy interesante el sentido comercial de Loli Vera quien se atrevió con pantalones adamascados con vaporosas camisas y cinturones, también de encaje, a juego y realizó un original ejercicio de imaginación presentando varias piezas con volantes que se separaban del cuerpo dando paso a conjuntos ideales para ir arreglados a cualquier cóctel o cita especial que se precie. Respecto a Sonia&Isabelle, Sonibel, gran despliegue el suyo basado en lo taurino a través de 47 creaciones con personalidad propia para garantizar a su clientela absoluta exclusividad.
Y así, apliques bordados que recordaban a mantones de Manila, monteras con detalles en plata, escotes traseros que iban desde lo circular a las transparencias pasando por las terminaciones en cuadrado todo ello con espectaculares complementos de BR para lograr unos acabados sorprendentes y, sin duda, llamativos.
En la despedida de la jornada un nombre que merece un capítulo aparte y que rompe fronteras tanto dentro como fuera de España: Juana Martín. Otra vecina de Córdoba que, rizando el rizo de lo complejo, se reinventó dentro de una trayectoria en la que, lejos de acomodarse, lo suyo es una continua renovación.
Con Cibeles y París como próximos objetivos, este icono de personalidad arrolladora demostró su genialidad con sedas y encajes que, en rosa bebé, turquesa, o combinaciones de en blanco y negro, tomaron forma en sus volantes de pétalos de flores que desprendían glamour a cada paso. Eso por no hablar de sus vestidos cortos, rojos o negros, cimentados sobre la alta costura y que constituían un universo ante el que es imposible no quitarse el sombrero. Juana merece eso
y más.
