Local

¿Coche compartido? No, gracias

Sólo nueve personas se han sumado al proyecto para compartir coche impulsado por el Ayuntamiento hace seis meses como una de las iniciativas clave de la Semana de la Movilidad. Pese a que la fórmula permite ahorrar hasta 2.400 euros al año, la falta de confianza en los vecinos y la negativa a cambiar levemente los planes suponen una barrera, por ahora, imposible de superar.

el 16 sep 2009 / 02:26 h.

TAGS:

El lunes se cumplen seis meses desde que Movilidad creó un espacio en su web para que los sevillanos que tuvieran que viajar a un mismo destino para trabajar o estudiar compartieran coche. El resultado sería menos contaminación, menos gasto, menos atascos. Pero el plan no ha cuajado. Apenas nueve sevillanos se han apuntado.

Por falta de concienciación ecológica, porque no se fían del vecino, porque no están dispuestos a hacer un pequeño sacrificio y ajustarse a una ruta o un horario. Los números no aportan los motivos, pero sí evidencian que entre los sevillanos no ha cuajado la iniciativa del coche compartido, una rutina en la Europa más avanzada.

Desde que se puso en marcha hace medio año, como una de las medidas estrella de la Semana de la Movilidad, sólo nueve usuarios se han dado de alta en el servicio, anunciado con un espacio especial en el apartado de la Delegación de Movilidad de la web municipal, www.sevilla.org. De ellos, siete ofrecen coche para compartir y otros dos buscan vehículo en el que acoplarse. Están divididos en tres categorías: trabajo, estudios y otros viajes, y no sólo se ofrecen itinerarios en Sevilla capital, sino también a Tomares (Sevilla) y Puerto Real (Cádiz). En la mayoría de los casos, lo que se oferta son viajes a la Isla de la Cartuja o a polígonos industriales alejados del casco urbano. Se explican los posibles horarios de salida y regreso, los recorridos -se añade incluso un mapa detallado de Google-, la edad y el nombre del usuario. Además, se hace un cálculo aproximado del ahorro en dióxido de carbono y en euros que puede conllevar la ruta seleccionada, el coste -económico y ambiental- del viaje, la distancia y el tiempo de la travesía.

A través de un cuadro de diálogo privado, que evita mensajes inadecuados, los ciudadanos muestran su interés en una ruta y el servicio municipal se lo hace llegar al usuario en cuestión. El sistema es sencillo y discreto, pero ni por esas cala: la ruta más vista en estos seis meses no tiene más de 25 consultas -contando incluso las que necesariamente se han tenido que hacer para elaborar este reportaje-. Hay una ruta que no ha interesado más que a dos personas.

La empresa que se encarga del dispositivo en internet ha hecho encuestas a los usuarios sobre la adecuación del servicio, pero por ahora no se tienen estadísticas del por qué de esta negativa a sumarse a la iniciativa. Hay que recurrir, entonces, a los motivos detectados por la Comisión Europea: los españoles, junto a los portugueses y los griegos, son los más reacios a optar por el coche compartido por desconfianza. Hasta que no se supere, la ocupación media de los vehículos en zonas urbanas como Sevilla seguirán siendo de 1,22 personas en días laborables y de 1,4 en días festivos, una cifra bajísima contra la que poco pueden hacer el autobús público, el tranvía o el Metro a la hora de amortiguar la contaminación.

atraso. En el resto de España, sólo Barcelona está haciendo intentos serios de impulsar esta forma de transporte, desde el ámbito público y desde el privado -con empresas de contactos-, pero con idénticos malos resultados. En países como Alemania hay más de 60 organizaciones que promueven su uso y en Suiza, más de 50.000 personas están conectadas en una red de trayectos compartidos. Quizá la tendencia cambia si los sevillanos toman consciencia de que pueden ahorrar de 1.800 a 2.400 euros al año, que reducirían en un 72% los kilómetros que se hacen en ese tiempo y que bajaría un 57% su consumo de carburante.

  • 1