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Coke: “La Champions es un objetivo irreal ahora mismo”

El jugador del Sevilla responde a las preguntas de El Decano Deportivo. Todo en la edición impresa de nuestro periódico.

el 10 sep 2014 / 10:33 h.

Sevilla 27/08/2014 CokeCoke llegó sin hacer ruido para cubrir ese gran agujero negro que engulló, uno tras otro, a los teóricos sustitutos de Daniel Alves. Sin embargo, lejos de caer en él, luchó hasta erigirse en uno de los nombres propios del Sevilla actual. —Estamos ante una nueva temporada, a la sombra del título conquistado en Turín. ¿Sienten una responsabilidad añadida tras protagonizar esa hazaña? —Tenemos mucha ilusión puesta en ella. La comenzamos con otro título en juego, no pudo ser y estamos centrados ya en la Liga. Sabemos que el comienzo del año pasado no fue bueno y la idea era mejorarlo. Nos vamos poniendo objetivos a corto plazo, que es lo que debe hacer cualquier equipo, para intentar mejorar lo que hicimos en estas primeras jornadas de campeonato. —Tras la marcha de Rakitic, Fazio y Alberto Moreno alguien puede pensar que el Sevilla lo acusará. ¿Será así? —Es una situación un poco encontrada porque ves que hace dos años terminas noveno y se hacen catorce cambios, una reestructuración... pues bueno. Pero que después de hacer una buena temporada y ganar la Europa League haya tantos cambios, un tercio del equipo... cuesta asimilarlo, aunque tienes que adaptarte a la tesitura en la que se mueve el fútbol ahora. Evidentemente, al principio nos costará estar sin gente importante como la que se ha ido. Sabíamos que íbamos a estar sin Rakitic porq ue fichó hace ya tiempo; lo de Alberto se podía ver, aunque ha sido al final... Pero lo de Fazio... nos ha pillado a todos descolocados, ya que parecía que esto se iba calmando a la espera de alguna incorporación más quizá. Al fin y al cabo este equipo se va siempre nutriendo de fichajes, del ojo que tiene para fichar a gente y, una vez aquí, de todo el trabajo que realizan el cuerpo técnico y el club, porque todo el mundo se mueve para mejorar. Y luego, el esfuerzo de todos nosotros. La temporada pasada el éxito fue que hicimos una piña y sacamos fuerzas de donde no había. Ése fue el secreto de este equipo. —Se habla de Champions. ¿No es una exigencia demasiado alta en vista de esos cambios que se han producido? ¿O es el objetivo real? —Yo creo que ahora mismo no estamos para estar en Champions. Si me dicen que sigue el mismo equipo de la temporada pasada y que comenzamos con los mismos efectivos o con alguna mejoría, pues igual te diría que sí. La dinámica ganadora que teníamos la pasada campaña en la segunda vuelta era impresionante. Había partidos en los que llegábamos con las fuerzas justas y se ganaban. Pero creo que el equipo, después de sufrir tantos cambios de hombres importantes, tiene que mejorar mucho para hacer eso. Sinceramente, a mí no me gusta que se hable de la Champions. Creo que es un objetivo, ahora mismo, irreal. Después de nueve cambios, la temporada está comenzando, no tenemos ni idea de lo que va a pasar en mayo… Un objetivo real es jugar la Europa League, porque el Sevilla casi siempre se clasifica. —Lo que está claro es que lo mejor es ser sinceros y honestos con la afición... —Yo no dudo de que la voluntad de todo el mundo sea jugar la Champions: de la afición; del presidente, evidentemente, que está muy ilusionado con esa posibilidad… Desde el entrenador hasta el utillero, a todos nos encantaría disputarla, pero creo que ahora mismo el equipo tiene que dar muchos pasos para ser un candidato a entrar en ella. —Ha hablado de Fazio. No lo esperaban, dice. Se ha ido un jugador con peso especifico ganado a pulso, capitán… ¿Qué se dice en el vestuario? —Fazio dentro de este club es un ejemplo para todo el mundo: para los que hemos venido de fuera, para los chavales de la cantera… Ha pasado por muchísimas situaciones: estar bien, ser criticado... Luego, por sus cualidades, capacidad y entrega se convirtió en el capitán y en nuestro faro, en el que nos apoyamos, porque aparte de ser nombrado capitán era un ejemplo. Sabemos lo que le costó llegar hasta ahí. Nos quedamos un poco tocados cuando se fue, pero creo que hay jugadores para hacerlo bien en esa posición. Toca rehacerse, algo a lo que el Sevilla está ya acostumbrado. —Usted es uno de esos jugadores que cogen ese testigo. Tiene carisma en el vestuario y es importante... —Fernando (Navarro) es el capitán y bueno, es un hombre que lleva muchísimo tiempo aquí. Conoce el Sevilla a la perfección. Tiene mucho carisma, un recorrido muy grande en el mundo del fútbol y es una persona que siempre aporta, esté o no en el campo. Siempre hay motivos para contar con él, da razones al míster para que éste cuente con él. Fernando es el capitán y los que estemos en el grupo de capitanes pues... todos intentamos ayudar. Yo siempre me he sentido muy respetado en el vestuario, un grupo en el que se dialoga las cosas. Yo me siento orgullosísimo. —Su trayectoria no ha sido fácil. Pudo marcharse en su día al Zaragoza, ha sido objeto de críticas... Recuerdo aquella frase suya de “algunos han tenido que tragarse lo que decían”. Al final, entre la autocrítica de los medios, la de la afición y la suya propia, las cosas han cambiado. ¿Qué lectura extrae de todo esto? ¿Puede Coke dar aún más de sí? —Sí, siempre se puede mejorar. Lo que pasó, pues... Yo no creo ser nadie para que las personas tengan que tragarse sus palabras. Pero ya sabemos cómo se mueve el mundo del fútbol, la poca paciencia que hay. Mis palabras iban un poco dirigidas a eso. También es verdad que mi primer año fue malo. Y volveré a tener partidos malos. Ojalá sean pocos, pero volveré a salir de ello luchando. Yo he ido creciendo dentro del equipo. También lo ha hecho éste desde mi primer año. Recuerdo que mis dos primeros partidos coincidieron con la eliminación ante el Hannover. Fue una decepción grande que conllevaba toda una temporada. A base de trabajo, esfuerzo y mucha ayuda de todos mis compañeros de vestuario al final la temporada pasada hicimos lo que hicimos y logramos algo impensable como fue ganar la Europa League. —Se ha ganado usted el cariño de la afición, algo que a veces no es fácil... —Me siento querido. Me he sentido criticado cuando las cosas no iban bien. La afición del Sevilla es una afición exigente y cuando las cosas van mal es jodido saltar a un campo con 40.000 personas que quieren lo mejor para su equipo, pero cuando las cosas que ponen tensas se nota el murmullo. Era complicado estar en mi piel, como en la de cualquier compañero. De todos modos, cuando hacemos algo medio bien la afición se vuelca con nosotros. Incluso cuando la cosa va un poco mal el estadio se vuelca. Cuando las cosas van medio bien es una delicia estar en el campo. —Por último: Emery le seguía desde que entrenaba al Valencia. Parece claro que ha tenido un papel revelante en su mejoría como futbolista... —Sí, así lo creo. Aparte, él tiene su trayectoria. Cuando vino, porque el equipo andaba mal, conocíamos su trayectoria. Había estado en un equipo en circunstancias similares, dejando al Valencia tercero no sé cuántos años y al final de cada temporada se le marchaban los mejores futbolistas. No es la primera vez que se ve en esta tesitura. Y yo personalmente he crecido. He vuelto a demostrar en Primera División un nivel que había demostrado en Segunda. Se necesitan unos pasos para acl imaraerse. Unos tardan más y otros, menos, y yo creo que esos pasos los he dado con Unai. Me ha dado oportunidades, he tenido la suerte de que las cosas me han ido saliendo y he ido creciendo.

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