La Hermandad del Corpus Christi y la Divina Pastora de las Almas y Ánimas Benditas, una de las cuatro sacramentales que acoge la parroquia de Santa María Magdalena en Dos Hermanas, ha impulsado esta iniciativa que pretende cumplir con el lema "Ningún balcón vacío al paso del Señor".
Es la primera vez que este Corpus nazareno consigue alargar la festividad más allá del propio domingo de la procesión. Y lo está consiguiendo con unas colgaduras de tela adamascada, de fondo rojo y de un metro de altura, en la que resalta una custodia adornada con uvas y espigas.
Han vendido ya alrededor de 200 paños y muchos vecinos han adornado sus balcones con ellos, aunque la hermandad espera hacer la gran venta durante esta semana previa a la procesión del Corpus Christi. Fuentes de la cofradía han asegurado que lo recaudado se destinará a actos de culto y la procesión, y que la intención no es otra que dar mayor realce a la fiesta de la Eucaristía.
Tal vez la idea haya surgido tras el éxito de los paños con el Niño Jesús para adornar los balcones en Navidad, de los que se vendieron más de un millar en la localidad vecina de Los Palacios y Villafranca durante el pasado mes de diciembre. Este tipo de iniciativas parece extenderse entre las cofradías, que han encontrado en ellas no sólo un filón económico sino promocional.
De modo que las casas del centro nazareno no sólo se adornarán este año para el Corpus con macetas y colchas en los balcones sino con esta colgadura que empezó a venderse a principios de mayo. Colaboran en la venta varios comercios del centro, aunque buena parte de la venta se ha llevado a cabo en la propia casa hermandad de la calle Calderón de la Barca.
En la hermandad, una de las 17 que acoge la parroquia de Santa María Magdalena, han puesto nombre a su campaña: "Ningún balcón vacío al paso del Señor". Y si las ventas continúan al mismo ritmo, el próximo domingo lo habrán conseguido definitivamente.
Este paso del Corpus, el más antiguo de Dos Hermanas, procesiona precedido de la Divina Pastora a partir de las 9.30 horas, después de una misa.