El Gobierno colombiano ofreció ayer más de 275.000 dólares de recompensa por información que permita dar con los autores del atentado que tuvo lugar en Bogotá el jueves. El ataque, que se realizó con coche bomba, afectó al complejo de edificios de Bogotá donde tienen sus sedes Caracol Radio y la Agencia Efe, entre otras empresas.
El anuncio de la recompensa, equivalente a 500 millones de pesos colombianos, lo hizo el presidente Juan Manuel Santos desde Popayán (en el suroeste del país), adonde viajó para encabezar un consejo de seguridad, junto con su ministro de Defensa, Rodrigo Rivera. Santos dijo desconocer la autoría del ataque y el objetivo del mismo.
Mientras, en Bogotá, se entregó a las autoridades un hombre, identificado como Gustavo Ladino, quien admitió haber falsificado las placas del vehículo, que fue cargado con 50 kilos de explosivos para perpetrar el atentado. No obstante, aclaró que no tuvo ninguna responsabilidad en la planificación del ataque.
La acción terrorista, no reivindicada aún por ningún grupo armado, se produjo el jueves durante la madrugada, según la hora local. Esto impidió, debido a las escasez de viandantes, que las consecuencias de la explosión fueran mayores. Sin embargo, siguiendo el balance del Sistema Distrital de Prevención y Atención de Emergencias de Bogotá, hay 808 personas afectadas, en 424 viviendas se registraron daños y 36 personas resultaron heridas, aunque todas fueron dadas de alta horas después del atentado. Además, la explosión causó daños en 124 locales, decenas de oficinas y en 18 coches.
Con respecto a los autores del atentado, las autoridades colombianas no descartan ninguna hipótesis, según explicó ayer el Fiscal General, Guillermo Mendoza. Pero, para algunos analistas e informes de inteligencia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), acompañadas del crimen organizado, estarían detrás del siniestro. Asimismo, según publicó ayer el diario El Espectador, una grabación de Germán Briceño, alias Grannobles, comandante del frente 10 de las FARC, fue interceptada por el Ejército en junio pasado. En ella daba la orden de ejecutar acciones terroristas en la capital colombiana.
Ante estas sospechas, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, declaró que la puerta al diálogo con la guerrilla de las FARC estará cerrada hasta que abandonen el terrorismo. Además, el dirigente de Colombia desautorizó gestiones de paz nacionales e internacionales hasta que se dé esa circunstancia.
