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Comemos química

el 09 nov 2009 / 20:00 h.

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El doctoe Claudio Mans en un momento de su intervención.

 "Algunos productos que consideramos muy naturales poseen más componentes químicos que los propios elementos químicos". Así de tajante se mostró ayer el doctor Claudi Mans, catedrático de Ingeniería Química de la Universidad de Barcelona, en la conferencia inaugural de la Semana de la Ciencia en la Pablo de Olavide, en la que intentó demostrar que desconocemos los alimentos que forman parte de nuestra dieta habitual. Una dieta, sin duda, más elaborada de lo que podemos pensar.

Para avalar su teoría no dudó en plantear la siguiente cuestión. "Si comparamos el sulfúrico con una pata de jamón, ¿qué creen que es más natural?". Aquellos que piensen que el jamón es menos artificial que un componente químico no van por buen camino. "El sulfúrico y el jamón son igual de naturales porque ambos parten de productos de la naturaleza". A su juicio, "todo lo que no está en la naturaleza está alterado y cuenta con elementos químicos".

Y es que todo en la cocina tiene su preparación, porque "el ser humano modifica y altera la naturaleza para que le sea más cómoda". Dicho de otra manera, "no todo lo artificial es malo" (y además ahí están los controles sanitarios para supervisarlo todo) ni tampoco "todo lo natural es bueno". Se trata de que tomemos aquellos "alimentos que estén sanos y en buenas condiciones".

A pesar de que la cocina ha ido evolucionando con el paso de los años, e incluso algunas han llegado a parecer laboratorios, la presencia de elementos químicos llevados al extremo puede acarrear consecuencias negativas para el consumidor, como todo lo que se consume en exceso. Algunos alimentos como las galletas, los cereales, el pan o las patatas contienen una sustancia llamada acrinalida que, en determinadas condiciones, puede ser tóxica. Claudi Mans asegura que "si estos alimentos están muy tostados tendrán acrinalida, que es una sustancia que puede provocar cáncer".

Pero no todo es negativo. Comer es una actividad que puede llegar a ser muy placentera, y esto es gracias a otro elemento químico:las endorfinas. "Cuando comes te gusta lo que has comido y reflexionas sobre cómo lo han preparado, generas más endorfina y el placer es mucho mayor", aseveró Mans.

La demanda de los consumidores ha provocado que algunas marcas hagan uso de palabras como "natural" o "equilibrado" para nombrar a sus productos. El hecho es que este tipo de alimentos no son más que estrategias publicitarias porque, precisamente, "son las modas las que hacen que se generalice el consumo de determinados alimentos". Y es que, a su juicio, "no existe el alimento completo porque ése sería el que diera todos los nutrientes, y eso es imposible".

Parece claro que la relación entre la ciencia y la cocina es más que una posibilidad. "Sí, comemos química, naturalmente", y es que no son pocos los alimentos que incluyen algún aditivo químico, siempre apto para el consumo humano, claro está. La clave está en "qué se come, quién lo come y cuánto se come". Así que a disfrutar.

 

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