(Vídeo: Ismael G. Cabral)
En el centro de la vía, los primeros operarios trabajando y en los márgenes de las aceras, los comerciantes ayer no hablaban de otra cosa. El Ayuntamiento de Sevilla ha iniciado las obras para la implantación del sentido único en Luis Montoto. Los tenderos sacan las uñas.
Si hay algún comerciante en esta calle que esté a favor del plan de Movilidad debería decir algo, aunque fuera con la cara tapada y la voz alterada. Mientras aparece, la adhesión al bando contrario es absoluta. Bien sea con carteles críticos en los escaparates o a través de la palabra -a estas alturas ya bastante subida de tono- que proporcionan cuando se les pide opinión. Ayer, a primera hora, llegaron operarios dispuestos a iniciar la demolición de la mediana, reconduciendo el tráfico que, por ahora, no será cortado.
A media mañana, un pequeño embudo de coches atascaba Luis Montoto a la altura del acueducto. Si los nervios no llegaron a más fue porque en el cruce con la Avenida de la Buhaira, el tráfico volvía a ser fluido. Unos metros antes, frente al monumento almohade, una vecina, Herminia, lamentaba que los comerciantes lo estuvieran pasando mal "pero también se quejaron cuando las obras del antiguo puente y ahora todos están contentos". Su testimonio no casa sin embargo con ninguno de los que ofrecen los responsables de las tiendas.
Con palabras graves, Antonio Gómez, dueño del bazar La casa de Carmen, proponía cerrar todos los comercios "y echarse a la calle". "Sé de buena tinta que ya hay empresarios que han despedido, o van a hacerlo, al 30% de su plantilla", afirmaba mientras agitaba un ejemplar de El Correo: "Lo que habéis publicado hoy [por ayer] es la única información que nos ha pasado el Ayuntamiento, nosotros nos merecemos unos datos más pormenorizados, no tenemos nada claro", aseguraba.
Mientras se escucha relatar a los comerciantes, al concejal de Movilidad del consistorio, Fran Fernández, debían estar cayéndosele todas las llaves al suelo. Él está en la diana de un plan que no contenta, por ahora, a nadie, ni a empresarios ni a clientes, estos últimos más por implicación solidaria que por voluntad propia. Otra cosa son los vecinos. "Si colocan bien los accesos a los garajes, entonces esta calle ganará en imagen y en fluidez del tráfico", era el comentario más extendido a pie de portal.
Mientras los primeros trabajadores eran ayer fotografiados por cámaras de toda la prensa ajenos a cualquier embrollo -"somos unos mandados" es lo único que respondían mientras miraban de soslayo la atención despertada- otros tenderos, como Alejandro, del Bar Jota, se apostaban en la entrada del bar regando de exabruptos a la corporación municipal: "La gente acabará yéndose a tomar la cerveza al Nervión Plaza o a Los Arcos, desde luego aquí no van a venir cuando vean que dejar el coche es casi imposible, ¡eso es lo que van a conseguir, arruinarnos!", clamaba ante el primer cliente de carajillo de la mañana.
Al otro lado, María José Herencia, desde 1983 regentando la tasca Don Bigote, no le iba a la zaga en críticas: "No sé el empeño que tienen en hacer algo en contra de la opinión de todo el mundo... es como la tontería del carril bici, lo que tienen que hacer son grandes carreteras y autopistas para que la gente compre buenos Mercedes y Volkswagen, no bicicletas". Por ahora, mientras siguen las iras, el frente tendero no se para. Ayer entregaron en el registro municipal las 4.683 firmas recogidas en contra del sentido único y, en voz bajita, alguno que otro planea implicar en el bando al popular Juan Ignacio Zoido. ¿No se alegrarán después de todo? "Ni pensarlo, esto va a ser una desgracia", decía otro.
