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Como dar de comer a la familia

Zarandaja (La Buhaira). Negocio familiar donde las buenas tapas se complementan con un local cómodo y acogedor.

el 27 feb 2015 / 10:00 h.

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Dirección: Avda. de la Buhaira, 14. Edf. Cecofar.     Teléfono: 955 715 744  Horario: De 13:30 a 16:30 y de 20:30 a 24:00. Descanso domingos noche.   Propietario: 11 Fagumar. Zarandaja nació en Sevilla en julio de 2010, pero antes, la familia que lo regenta, tuvo negocio con el mismo nombre en Umbrete. Originarios de León, se establecieron en Sevilla hace más de veinte años. Mar Martínez lleva el timón en los fogones, como ella misma dice, se siente como un ama de casa que da de comer a su familia, el mismo amor pone en la cocina diaria para dar lo mejor a los clientes de Zarandaja. Su marido, Faustino Suárez, junto con su hijo Gustavo, atienden en sala, con un buen equipo de profesionales. El local se sitúa en una buena esquina de La Buhaira, zona de la ciudad que brilló con varios locales muy populares, pero que ha pasado un duro bache en el que pocos han sobrevivido. Zarandaja ha navegado a través de la tormenta de la crisis con una fórmula tan sencilla como complicada de llevar a la práctica: buenas tapas, buenos vinos, buen servicio. Muchos lo intentan, pocos lo consiguen. La esquina tiene terraza. Dentro, zona de barra con mesas altas y, bien diferenciada, una zona de comedor donde disfrutar cómodamente de los platos y raciones de la carta. Tonos luminosos, maderas blancas, paredes en un gris claro y algunos divertidos dibujos, un agradable entorno para elegir con calma las distintas propuestas de una carta única que ofrece platos para compartir, panes de la casa, platos de siempre, algunos elaborados con productos que llegan directamente desde León, nuevas propuestas y ricos postres que también se hacen en la casa. En la carta de vinos hay variedad y calidad, con algunas etiquetas también leonesas con uvas autóctonas como el blanco Peregrino, un 100% Albarín que resulta fresco, con notas herbáceas y balsámicas y un goloso fondo de fruta blanca carnosa. Vino que se puede pedir por copas, como algunos otros de la carta. Hay tintos andaluces, como el jerezano Entrechuelos y el sevillano Zancúo y buenas marcas de Rioja, como los vinos de Javier San Pedro, Cueva de Lobos y Viuda Negra o Luberri, también riberas, como Martín Berdugo, La Planta o Tomás Postigo. Sin olvidar los tintos leoneses de uva Prieto Picudo. Trufa-helada En la parte más creativa de la carta se denota cierto afán por actualizar elaboraciones y presentaciones, la verdad es que la labor de Mar tiene mucho equilibrio y sensatez, limpieza y honestidad. Así por ejemplo, en su piruleta de langostino (2,00 euros) nos muestra muy buena mano para los fritos, un langostino de buen tamaño se recubre con un fino rebozado que, recordando la fineza de una tempura a la japonesa, está más sabroso y crujiente, al bocado le ayuda una fina crema de queso. Sutil es también la crema de roquefort que acompaña a un original canelón de puerro (3,00/9,00 euros), que va relleno de carne picada. Otro alarde de rebozado es el de la alcachofa encamisada con jamón (3,50 euros) plato de intenso sabor que se acompaña perfectamente con una original y sabrosa salsa de mango y curry, lleva también jamón ibérico que, en mi opinión, no aporta gran cosa, claro que yo no soy muy partidario en general de ese tan extendido tándem alcachofa-jamón. Delicado y fresco el foie de pato casero (5,00/12,00 euros), que se ofrece en unas crujientes crackers que le van mucho mejor que las dulzonas tostaditas de otros sitios, al carnoso y suave de sabor del foie le acompaña una pincelada de confitura de fruta roja y otra de balsámico. Con el ravioli de cola de toro (5,00 euros), cambiamos el tercio vinícola a un tinto riojano, Cueva de Lobos, goloso, ampuloso en la boca, respira clasicismo y buenas maneras. El ravioli, de fina pasta, envuelve una carne sabrosa que se acompaña de una salsa intensa y una delicada crema de puré de patata, un conjunto de nítidos sabores, francos, contundentes sin ser excesivos. Merece la pena llegar con algo de hambre al final para probar los postres de Mar, como su trufa helada con crema de arroz con leche (4,00 euros), su semifrio de pistacho con salsa de chocolate 84,50 euros) o su tarta de queso con mermelada de arándanos (3,50 euros), que nos da una textura cremosa y un sabor suave y ligero. Zarandaja en un sitio recomendable, donde yo me decantaría por sentarme cómodamente en su salón y compartir platos entre varios para probar lo variado de su carta.

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