Sobrino hizo ayer de guía, detallando ante Espadas no sólo el pasado del edificio sino su futuro. Lo que puede llegar a ser. Y es que este especialista en arquitectura industrial participó en gran medida en la elaboración de la propuesta socialista para este espacio cargado de historia.
Un edificio Bien de Interés Cultural que Espadas quiere convertir, con la ayuda de la Junta, en conjunto monumental.
Itálica , la Medina-Zahara cordobesa y la Alhambra granadina ya tienen esta catalogación. El objetivo es que la Junta le dé ese título y aporte dinero para rehabilitarlo o, más bien, "re-habitarlo", concepto con el que Sobrino explica que para sacar a la luz la historia de este tesoro se necesita una restauración cuidadosa, poco invasiva. Eso sí, sólo la tramitación para convertirlo en conjunto monumental conllevaría cerca de un año, por muy avanzados que estén los estudios sobre su pasado. Además, Junta y Consistorio tendría que crear una "unidad de gestión" y elaborar un plan director que recupere la memoria histórica y la ponga en valor.
Además, está por ver si las arcas de la Junta (que se desmarcó, al igual que el Estado, de la cara rehabilitación del edificio, cifrada en más de 70 millones) tienen fondos para este proyecto que, pese a tener estructuras en buen estado, requiere intervenciones ya. Las cubiertas son su punto más débil.
Por eso Espadas aseguró que si es alcalde destinará una partida a los arreglos urgentes para, después, emprender el proyecto por fases. El modelo es el del Parlamento andaluz. Eso sí, no caben "oficinas", de ahí que no quisiera decir ayer si el ICAS se mudará a la antigua fábrica, como estaba previsto. De hecho, la Delegación de Cultura ya había reservado una pequeña partida para adecentar el pabellón que Defensa usó hasta hace unos meses como oficinas. Sin embargo, la fábrica seguirá cerrada no se sabe cuánto tiempo.
La primera fase de la propuesta del PSOE engloba la apertura de la calle que une Eduardo Dato y San Bernardo (ya previsto por Urbanismo) y la habilitación de una nave para exposiciones. Allí se podría ver la muestra sobre la Fábrica del Sur y patrimonio de Artillería, desde las bocas de fuego (o cañones) hasta los moldes de los leones del Congreso (ahora en Capitanía).
Además, propone abrir la nave junto al parque de la Buhaira a los vecinos y que las universidades tengan su espacio. El resto quedaría, en una segunda fase, en manos de la iniciativa privada. Recepciones, rodaje de películas, exposiciones, teatro, pasarela de moda, librerías... todo tendría cabida. Si hay dinero.
