"La principal función de nuestro trabajo es intentar que el ser humano exprese su yo interior a través del arte". Así definía el médico psiconalista Guillermo Kozameh el objetivo del taller que tuvo lugar en el Palacio de los Briones. En él, una veintena de alumnos intentaron "sacar fuera conflictos".
En el marco del ciclo La expresión artística como medio para la integración social. Arte, creatividad y arte-terapia, que esta semana se está celebrando en el centro cultural Olavide en Carmona, el psicoanalista y profesor de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid ayudó a los alumnos a expresar sus conflictos internos.
Divididos en grupos de cinco alumnos, éstos tuvieron que manifestar mediante dibujos sus problemas con el resto de miembros del grupo, que simulaba configurar una familia.
"Esta práctica sirve para que personas que tienen limitado el uso de la palabra puedan expresar sus temores y sus conflictos", indicaba el experto.
Además, este tipo de actividades sirven a los profesionales para ahondar en el problema e intentar encontrar una solución a sus pacientes. Según Kozameh, es fundamental una buena formación del terapeuta, o del arte-terapeuta, para "dar en la tecla" que permita entrar en el mundo interior del enfermo. Junto a él en todo momento estuvo la coordinadora del curso, María Antonia Hidalgo, que indicó los diversos puntos de acción del arte-terapia. Entre ellas se halla el factor social, ya que "los beneficiarios de la solución de conflictos son mayores, jóvenes, víctimas de maltrato, sin techo e inmigrantes". Y también sirve en lo educativo para integrar a niños superdotados o con malas conductas. Por último y enlazando con el trabajo de Kozameh, habló de las posibilidades de su especialidad en el ámbito clínico.
