Compartiendo mucho más que libros

El Centro Cultural y Social Biblioteca de Montequinto cumple dos décadas convirtiéndose en un punto de encuentro habitual para los habitantes del municipio

el 21 mar 2014 / 23:32 h.

Una niña intenta alcanzar uno de los 40000 volúmenes disponibles. Una niña intenta alcanzar uno de los 40000 volúmenes disponibles. El próximo 4 de junio se cumplirán 20 años desde que el barrio nazareno de Montequinto viera nacer la Biblioteca Pública Municipal Miguel Delibes, también conocida como Centro Cultural y Social Biblioteca de Montequinto, un edificio de 2.400 metros cuadrados donde cada día se generan una serie de iniciativas en las que todos y cada uno de los habitantes pueden sentirse reflejados. Pero no siempre se ha contado con una sede tan espaciosa y que pudiese albergar a tantos usuarios: «La primera sede de la biblioteca de Montequinto, que surgió como respuesta a la necesidad de dar servicio al barrio, estaba en un piso piloto», asegura la actual directora, María José Gámez, que nos recibe con los brazos abiertos, como a todo el que se acerca por los alrededores. Unas instalaciones que superan con creces a las que se inauguraron en 1994 en la Avenida de los Pinos, corazón del barrio. Disponía de 110 metros cuadrados, 60 puestos de lectura y una capacidad para 5.000 volúmenes. Pero, ¿cómo surgió la necesidad de abrir esta primera sede? El 23 de junio del año 1989, un servicio de préstamo ambulante llamado bibliobús comenzó a recorrer las calles del barrio bajo el eslogan Los libros viajan para ti. Su primer día no tuvo demasiado éxito, dado que únicamente se realizaron 6 préstamos. No obstante, la demanda fue creciendo hasta que, a finales de ese mismo año, la cifra de préstamos de libros alcanzó los 150. Durante cuatro años, la tarde de los viernes el bibliobús realizó su itinerario dando servicio a la población de Montequinto, hasta que en el mes de junio de 1994, muchos recibieron una invitación de color marfil ilustrada con la silueta perfilada de una persona leyendo bajo unos pinos. En ella se leía: «Inauguración de la Biblioteca Pública Municipal de Montequinto». La sede se encontraba entre los grandes pisos de los primeros habitantes y la iglesia del barrio nazareno, y contaba con un horario de apertura de 20.00 horas a la semana, ofreciendo servicios, en primer momento, como biblioteca sucursal a la Pedro Laín de Dos Hermanas, con servicio de préstamo, consulta, prensa, sala de estudio y actividades culturales dirigidas a una población de más de 15.000 habitantes. A los dos años de apertura, la nueva biblioteca había sobrepasado los 2500 socios, y contaba además con un alto número de visitantes, atraídos por su programación de actividades. De ahí que el Ayuntamiento considerara oportuno ampliar el recinto para dar cabida a todo aquel que quisiera adentrarse en él: «Lo llamaron el proyecto de las personas: de todos, para todos y entre todos, y en la mente de todas esas personas comprometidas con la biblioteca de su barrio, siempre estaba el mismo deseo: una biblioteca más grande». Así, en el nuevo espacio que ocupan en la calle Venecia, cuentan con 230 puestos de lectura y más de 40.000 volúmenes. Una cifra nada desdeñable. Pero lo que más llama la atención de este espacio es que llega a ser mucho más que un edificio en el que se guardan libros, pues en palabras del alcalde de Dos Hermanas, Francisco Toscano, «es un foco vivo de cultura y formación y, lo que es más importante, un lugar para la convivencia de los vecinos y vecinas de Montequinto». Porque más allá de las acciones programadas por los presupuestos de la biblioteca, cuentan con numerosas colaboraciones de asociaciones y entidades que usan este espacio para llenarlo de vida. El centro cuenta con dos partes, por un lado, la que alberga la biblioteca y las salas de estudio, las cuales abren en función de las necesidades de los estudiantes: «Por lo general, las salas está abiertas desde las 9.30 de la mañana hasta las 00.00 de la noche y, dos veces al año, coincidiendo con los exámenes finales universitarios –tanto de la UPO como de la US–, se abre las 24 horas», ofreciendo por tanto un servicio muy demandado por los jóvenes sevillanos, que ven cómo en la época de evaluaciones las bibliotecas de la capital se encuentran saturadas. Aparte, las salas multifuncionales se ceden a asociaciones y entidades sin ánimo de lucro para la organización de talleres o actividades de toda índole, en las que el centro únicamente se encarga de estipular los horarios. Gracias a esto, por este edificio han pasado, durante 2013, casi 250.000 usuarios: «Las puertas están abiertas a todo el mundo –señala la dirección del centro–, y ponemos a su disposición todos los medios con los que contamos que, afortunadamente, no son pocos en comparación con los que cuentan otras bibliotecas». Otros motivos por los que existe tan alta afluencia de personas son el enclave en el que se sitúa, dado que está en el centro de las principales localidades de la corona metropolitana. A su vez, cuenta con buenas comunicaciones con Sevilla capital –entre las que se encuentra la parada de metro a escasos minutos– y dispone de un parking amplio, lo que permite que se haya convertido en «un punto de encuentro donde se reúnen miles de personas atraídas por sus recursos y actividades, personas que siguen valorando la biblioteca como un sitio de confianza». Y es que, entre las más de 400 actividades socioculturales y de animación a la lectura se encuentran cuentacuentos familiares, para niños, en inglés, para adultos, clubes de lectura, recitales poéticos, encuentros literarios, charlas y conferencias, representaciones teatrales, conciertos y exposiciones, además de 300 acciones formativas entre las que se incluyen visitas escolares y cursos de alfabetización informática de adultos programados desde la biblioteca. De esta forma, se llega fácilmente a un público de una franja de edad muy amplia, produciéndose así encuentros intergeneracionales que aportan aún más valor a la labor social y cultural que presta el centro. Actualmente, una de las iniciativas más aplaudidas –a la que se le cede el espacio– es el encuentro #Montequintoahorra, una iniciativa de ecomouse.com que ya ha organizado su segunda edición, y que se presenta como un espacio periódico de conversación abierto a todos los habitantes, de manera que puedan tratar temas relacionados con el ahorro dentro de la economía doméstica. En este segundo encuentro, los vecinos han recibido las claves para entender la factura de la luz y tomar el control de la misma, con ejemplos y casos prácticos para reducir el gasto. Asimismo, se ha explicado en qué consisten las últimas subidas en este servicio. No cabe duda de que es una de las iniciativas más útiles en los tiempos que corren. Pero lo cierto es que en el catálogo de servicios de este centro, hay para todos los gustos. Por otra parte, y al contrario de lo que se suele pensar, a la Biblioteca Pública Municipal Miguel Delibes no le ha afectado el boom de las nuevas tecnologías, sino que más bien ha sabido aprovecharse de manera excelente de esta eclosión de nuevas formas de comunicación, teniendo una actividad muy prolífica en las redes sociales. Así, cuentan con página de Facebook, perfil en Twitter, Flickr, Pinterest e incluso canal de Youtube, donde se hace una función encomiable de difusión de los actos y eventos que se celebran en las instalaciones. «Con nuestras redes sociales hemos conseguido una retroalimentación con los usuarios que nos ha beneficiado, pues todos los comentarios que recibimos son valorados de cara a mejorar el servicio que ofrecemos, además de suponer una buena herramienta de difusión de todo lo que aquí hacemos». Adicionalmente, los usuarios que lo deseen pueden inscribirse voluntariamente en el boletín semanal que el centro envía por correo electrónico, en el que se adjunta una minuciosa descripción de todas y cada de las actividades que durante esa semana y la siguiente se llevarán a cabo. «Al fin y al cabo los usuarios de los servicios bibliotecarios son los que día a día hacen biblioteca con su participación y colaboración, y son, cada uno con sus opiniones y demandas, los principales generadores del cambio que convierte a las bibliotecas en motor de la transformación social y, en nuestro caso, en el corazón de la cultura local», señala la dirección de un espacio que, durante sus 20 años de vida, no ha hecho otra cosa que centrar su trabajo, sus esfuerzos y sus acciones en las personas.

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