El descenso matemático del Betis B a Tercera División ha significado un contratiempo en la política de cantera y, por ende, en el renovado proyecto Heliópolis. El propósito de comprar una plaza en Segunda División B, en caso de descenso en cascada a causa de los impagos, ha abierto un debate en el seno de la fábrica. Tal y como publicó ayer El Correo, el artículo 194 del Reglamento General de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) regula la prioridad en el caso de que se produzcan vacantes en el Grupo IV de Segunda B. Según dictamina la RFEF, los clubes repescados deben abonar un aval de 200.000 euros en señal de garantía y, además, pagar la cuantía media de deuda contraída por el número de equipos descendidos -la cifra total de deuda acumulada se divide entre el número de descendidos y el dato resultante es la cantidad a pagar por cada repescado-. La medida actual que regula la repesca de clubes se creó en 2010, un año después de que se produjera una quiebra generalizada en la categoría tras el descenso de Granada 74, Linares, Lorca, San Fernando y Fuerteventura. Los 4,8 millones de euros de deuda acumulada, y la imposibilidad de que el entonces maltrecho fondo de garantía salarial asegurara el pago de las nóminas atrasadas a los jugadores, originó la creación de la norma actual. Desde su aprobación en 2010 se han favorecido de ella un total de 11 conjuntos. En 2010, año de su implantación, el Almería B pagó la deuda completa del Atlético Ciudad -725.000 euros- al no existir otro descendido por impago. Un año especialmente caro fue 2011, en el que cada club que compró la plaza, cinco en total, abonó 395.000 euros, cantidad resultante de dividir la deuda total acumulada por Castellón, Alicante, Cultural Leonesa, Rayo Vallecano B y el desaparecido Universidad de Las Palmas. 2012 fue el año más barato, ya que los repescados o ascendidos pagaron 190.000 euros, cifra a la que debieron unir los 200.000 que hubieron que desembolsar en concepto de aval. Así, la cantidad media resultante de entre los pagos de las tres temporadas ligueras es de 436.000 euros. En el curso actual ya han anunciado problemas serios de liquidez Llagostera y Salamanca, cuya única solución podría ser la disolución y refundación desde categoría regional.
