Espeluznante la imagen que ayer ofrecía este periódico sobre la quema de féretros, al aire libre, en el cementerio de Sevilla. Sí, en la parte más alejada de la entrada, pero en el camposanto a fin de cuentas. Resulta que, según José Antonio García, director de Salud del Ayuntamiento, el horno actual tiene más de diez años, se estropea cada dos por tres, y cuesta mucho encontrar las piezas de repuesto. En cuestión de horas, estará arreglado, pero se puede volver a estropear en cualquier momento. Es una tirita en una gran herida. ¿Que cuánto cuesta un horno nuevo? Cerca de 500.000 euros.
Y muy mal tenemos que estar económicamente, para ir tirando de esta manera. Si la capital de Andalucía, con los habitantes que tiene, no tiene para comprar un horno que tanta falta hace en el cementerio, mal vamos. No soy quien para trazar prioridades políticas a los fondos públicos, pero este tema llega a muchas personas, por su especial sensibilidad. Las cuestiones discretas no se deben airear. Creo que es el sentimiento de mucha gente.
Periodista
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